Javier Olmos/
El Diario de Juárez
Los camiones sucios, viejos y ‘destartalados’ así como la mala actitud de los choferes y sus “chalanes” son los principales comentarios negativos que vertieron los usuarios del transporte público al quejarse del incremento de la tarifa autorizado el viernes por el Estado.
“Siempre tenemos camiones chatarra, de los que deja Estados Unidos; no se comparan en nada con los de Chihuahua, además son completamente incómodos”, dijo Gloria Meza, una usuaria del servicio que tomó un camión de la línea Poniente Sur en la plaza del Monumento a Benito Juárez.
A consideración de los entrevistados, el servicio que se ofrece es caro y el aumento, injusto. Gloria tuvo que tomar ayer junto con una amiga, cuatro camiones durante la mañana, lo que significa un gasto de 56 pesos y hoy domingo se repetirá lo mismo.
“Se nos hace injusto, mire, son 28 pesos de ida y otros 28 de vuelta, entonces se nos hace muy injusto por los sueldos que están ahorita, hay gente que no gana ni el mínimo, no sé cómo se transportarán”, dijo la usuaria.
Hasta la tarde de ayer, el costo del servicio se mantuvo en siete pesos, pese a que se publicó en el Diario Oficial del Estado durante ayer la autorización para que incrementara un peso la tarifa.
Con el aumento, las personas y familias que utilizan usualmente la rutera para llegar a sus destinos, gastarán más pero seguirán cobrando el mismo sueldo.
“Cada vez cobran y cobran más y los camiones siguen siendo bien viejos y además el mal servicio que dan. Si trajeran nuevos yo creo que sí valdría la pena pagar 10 pesos”, manifestó Pedro, otro usuario, quien junto con su esposa y sus dos hijos esperaba la ruta a un costado del monumento.
Dijo que en promedio gasta a la semana hasta 280 pesos. “¿Para lo que gana uno? Sería la mitad del cheque”, expuso.
La música a todo volumen, la suciedad, la alta velocidad y el mal trato, son y siguen siendo las quejas. “El servicio es un asco, siempre ha sido pésimo, los camiones están todos destartalados”, dijo también Esteban, antes de subir a una línea de la Valle de Juárez en la avenida de la Raza.
“Los que vienen ayudándole al chofer vienen con la música recio y ni nos oyen cuando vamos a bajar, se nos pasa la parada y así como andamos, nos bajan dos tres cuadras adelante y ahí venimos. No le bajan, es una cosa exagerada”, dijo Gloria.
En Juárez, la mayoría de las rutas tienen hasta 15 años de antigüedad, cuando el reglamento indica que deben de ser de 10, dijo el pasado 5 de agosto Carlos Hernández, líder de la sección 2 del Frente de Trabajadores al Volante (STV).
Aseguró que se comprometieron a comprar, en el primer arranque, 50 unidades último modelo para integrarlas a la línea Universitaria y paulatinamente se adquirirán otras 200 para la Poniente Sur, Oriente Poniente y Exprés.