Karen Cano/
El Diario
Bajo el sol de mediodía y ante la indolencia de autoridades municipales, Juan se encontraba ayer llenando sacos de arena para rellenar el hueco que quedó bajo la calle en la que vive desde hace nueve años.
“Todo esto lo conseguimos nosotros, las autoridades dijeron que no tenían dinero para nada y nosotros tenemos que hacer algo”, dijo el residente de la calle Ramón Corona, en la colonia Morelos Zaragoza.
Luego de las lluvias torrenciales registradas el pasado 15 de julio, la vialidad desa-pareció y la corriente partió en dos un par de casas a sus costados.
Al desplomarse la carpeta asfáltica y arrastrar la tierra sobre la que se sostenía, la parte sin derrumbar quedó prácticamente hueca, dejando a los vecinos con el temor de que en cualquier momento se desprendan más segmentos de pavimento, ya sea por la fuerza del agua o bajo el peso de algún vehículo que pase por el sitio sin precaución.
“Desde que pasó todo hemos estado haciéndole la lucha para que no se caiga más, pero el Gobierno no nos ha ayudado”, denunció Juan.
Recordó que lo mismo pasó hace unos años cuando la lluvia derrumbó la barda de su casa, “dijeron que me traerían material pero todavía lo estamos esperando”, lamentó señalando la estructura en mención, que terminó erigiendo con sus propios recursos.
Diez días después de la minitromba que destruyó el tramo de la calle Ramón Corona, entre Libramiento Independencia y Luciano Becerra, la situación de quienes ahí viven ha mejorado muy poco, pues aún se encuentran prácticamente rodeados de escombro y tolerando el olor a agua estancada.
A medida de sus posibilidades, los propios colonos han intentado reparar los daños. Juan cubrió con cemento el desfiladero que da justo a una esquina de la parte posterior de su hogar.
“Si no fuera por eso yo creo que ahora que volvió a llover se hubiera ido, porque se mete el agua y se moja todo por ahí por la esquina”, dijo.
Como una forma de apoyarlos, la Coordinadora de Zaragoza les prometió que les llevarían una máquina para poder acercar la tierra al barranco y seguir llenando los costales de arena, pero fuera de eso no les han ofrecido nada más.
Juan afirmó que en el material que se ha estado utilizando para estas reparaciones fácilmente se han gastado unos 9 mil pesos, que representan un esfuerzo extraordinario para proteger lo que tienen por patrimonio. (Karen Cano / El Diario)
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