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Disputan miles custodia de hijos en juzgados

Blanca Carmona/
El Diario

2017-07-23

José Mar Valtierra lleva más de tres años sin ver ni abrazar a su hijo. Aunque un juzgado de lo Familiar aprobó que el niño tiene derecho a convivir con él, asegura que la madre de éste lo ha impedido.

Desde el 2014, el hombre ha mantenido una disputa legal por el pequeño que lleva su mismo nombre y que está por cumplir 7 años.
Como este caso, al menos unos 10 mil menores de edad se hallan inmersos en las disputas entre sus padres que llevan su pelea hasta los juzgados, de acuerdo con datos oficiales.
Entre lo que disputan los padres en los tribunales están la guarda y custodia de sus hijos, pensiones alimenticias, el derecho de visita y convivencia.
“No he convivido con él ni en Navidades, ni Años Nuevos, ni en sus cumpleaños, ni cuando se le cayó su primer diente, ni cuando fue el primer día a kínder, ni cuando entró a la primaria, o sea, tengo infinidad de cosas que a la mejor si sigue transcurriendo el tiempo ya no voy a poder hacer con él”, expresa Mar Valtierra, de 37 años e ingeniero de profesión.
Su batalla legal inició en el 2014 a raíz de que uno de los padres decidió terminar con una relación de concubinato de nueve años, en medio del problema quedó el pequeño José, entonces de tres años de edad.
“No podemos retroceder el tiempo”, expresa el hombre que reclama, hasta con protestas en el exterior de los juzgados, el derecho del niño a convivir con su padre.
Con un tomo del expediente a su lado, Mar dice que aún no sabe por qué la juez Quinto de lo Familiar del sistema tradicional, Ana Laura Domínguez Rodríguez, no ha hecho uso de los medios de apremio que establece la ley para obligar a su expareja a permitir las convivencias, aprobadas por la propia juzgadora en el expediente 2183/14.
Sara Julieta Muñoz Andrade, juez Quinto de lo Familiar por Audiencias, dice que por disposición de leyes locales y estatales, de la Constitución del Estado de Chihuahua así como tratados internacionales signados por México, cualquier autoridad en el ámbito de sus facultades debe velar por una verdadera tutela a favor de los derechos de los menores de edad.
Explica que al año cada uno de los cinco juzgados por Audiencia –sistema oral– en la ciudad atiende unos 2 mil expedientes o un poco más y en un 97 por ciento de estos se tutelan derechos del niños y adolescentes.

Pelean pensión sin ceder la convivencia

En la mayoría de las demandas los adultos buscan obtener únicamente prestaciones a favor de ellos y de sus hijos, pero no desean reconocer los derechos de los menores ni ceder convivencia de éstos ante la contraparte, dice.
Por ello el Tribunal de oficio “genera una tutela o una salvaguarda de los derechos de niños o niñas y estos pueden ir desde decretar una pensión alimenticia de manera provisional y sustentarla en una resolución definitiva, verificar o decretar una guarda y custodia provisional”, explica Muñoz.
También, agrega, esas resoluciones pueden sustentarse en una sentencia definitiva así como generar mecanismos para el ejercicio de visita y convivencia de los niños respecto a los padres no custodios, que puede ser mamá o papá depende de las circunstancias que priven en cada caso.
De acuerdo con la experiencia de los juzgadores, los procesos legales a los que están sometidos los menores de edad les causan sufrimiento, aunque los operadores del sistema buscan ocasionar el menor impacto con entrevistas rápidas, generando empatía con ellos, llevando al juzgado a personas de confianza de los niños y escuchándolos además de guardar la identidad de los infantes.
Pero lo más importante, no permitir que declaren en favor o en contra de alguno de los padres.
“Son pocos o contados los asuntos en que el padre y la madre se encuentran en la misma sintonía y están buscando generar un impacto negativo mínimo en la vida de sus hijos, expresa la especialista.
A veces el Tribunal tiene que intervenir para darles un soporte emocional que vaya permeando. Por lo general los padres vienen con el conflicto, lo trasmiten a los niños y los hacen partícipes de la contienda y es una situación de violencia psicológica”, explica Muñoz.
La juez asegura que a las partes les exigen que mantengan al margen de la problemática a las criaturas y que se encarguen de que en el núcleo familiar de cada uno mantenga estricto sigilo respecto a la controversia, por salud mental.

Quedan menores en medio de conflictos

En opinión de la psicoterapeuta Amelia Márquez Jurado, exdocente de la UACJ y con doctorado en Educación, además de contar con experiencia en el área psiquiátrica, la laceración emocional que sufren los niños tiene que ver con los sentimientos que están manejando los padres cuando no tienen madurez como para no mangonear a los hijos o no hablar mal de la pareja.
“Estas situaciones son desagradables, hace que los niños presenten desde depresión, ansiedad que se manifiesta con pesadillas, conductas muy retraídas o groseras, que se hagan pipi en la noche.
Cuando las situaciones son muy fuertes el niño puede llegar a hacerse popo en la ropa; puede tener problemas de alimentación o comer constantemente; obtener reportes en la escuela por falta de atención, por olvidos, falta de participación y bajos de calificaciones”, señala. 
En el desarrollo de las demandas legales, los niños también han llegado a reportar a los tribunales que son objeto de malos tratos y omisión de cuidados por parte de sus padres, estos últimos van desde la falta de alimento, dejar a los niños encerrados o bien que los padres estén sujetos a algún proceso penal por la comisión de delitos o padezcan enfermedades mentales, precisa la juez Muñoz.
Los juzgados de lo Familiar cuentan con áreas lúdicas para infantes de los cero a 12 años y una Unidad de Estudios Psicológicos y Económicos pero carece de un Centro de Convivencia para las visitas supervisadas que decretan los jueces en caso de que consideren que algún menor puede estas en riesgo al momento de convivir con un padre no custodio, es decir, con aquélla persona que sólo tiene derecho a verlo pero no obtuvo la guarda y custodia.
Los tribunales de Ciudad Juárez se ven forzados a echar mano de lo que puedan, por ellos algunas visitas supervisadas se llevan a cabo en centros comerciales, en las propias salas lúdicas de los juzgados o en las instalaciones de la Unidad de Estudios Psicológicos ubicada en las antiguas oficinas de Gobierno del Estado.

‘La convivencia no es retroactiva’

En el caso de José Mar, él ha acudido acompañado de un actuario del juzgado a la casa de su expareja para recoger a su hijo y poder verlo, pero en todas las ocasiones ha sido imposible aunque en la sentencia se aprobaron las convivencias y se le ordenó depositar una pensión del 25 por ciento de su sueldo.
Desde antes que se emitiera esa sentencia e incluso antes de que la exesposa de José lo demandara, éste asegura que de forma voluntaria ha estado depositando una pensión en el juzgado Quinto de lo Familiar tradicional.
En 15 ocasiones ha cambiado de abogado en su desesperación por tener acceso a su hijo y ahora analiza acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para hacer efectivo su derecho a la justicia.
“Sólo en México pasa esto, tener una sentencia terminada, en papel dice que se decretaron las visitas y convivencias pero solo en papel.
“Mi pregunta es ¿todos estos años cómo me los van a hacer retroactivos? Se basan en lo material, que si se puede hacer retroactivo el pago de pensiones pero las convivencias ¿cómo?
“… La juez me puede explicar cómo me va a hacer retroactivos los tres años casi cuatro que no he podido ver a mi hijo, eso no tiene vuelta de hoja ni el daño que le están ocasionando al niño porque él tiene derecho a verme. Es un derecho de él no mío”, expone.
El hombre, quien decidió reservarse el nombre de su expareja, considera que por una cuestión de género la juez Quinto de lo Familiar de sistema tradicional ha favorecido a la madre de su hijo y a él lo han relegado.
Personal de los juzgados indica que cada vez hay más varones dispuestos a romper los esquemas de la cultura machista y reclaman la guarda y custodia, así como las convivencias de sus hijos pero son los propios operadores del sistema quienes repulsan la idea de que los hombres pueden criar a los hijos.

bcarmona@redaccion.diario.com.mx

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