Fernando Aguilar/
El Diario
La obsolescencia del parque vehicular que circula en Juárez es una muestra de que el grueso de la población tiene un poder adquisitivo que apenas alcanza para satisfacer las necesidades básicas, consideraron organizaciones.
De acuerdo con el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), más de la mitad de los autos que hay en la ciudad son modelo 1999 o más viejos.
Aunque sectores automotrices han reportado un incremento en la venta de autos nuevos en la ciudad, hasta 2016, de los 580 mil 607 autos existentes en esta localidad, el 53.1 por ciento eran de 1961 a 1999.
“La gente no adquiere vehículos nuevos porque no tiene la capacidad para hacerlo. No lo hacen por lo oneroso que cuesta un vehículo nuevo y el alto interés que tienen”, indicó Alberto Rivera, presidente de la asociación Curva-Perimetral, que se dedica a la venta de automóviles importados.
A juicio del vendedor, a este problema se le suma la postura del Gobierno federal que, considera, insiste en “beneficiar” a las productoras de autos aun cuando gran parte de la población no puede costearlos y debe recurrir a opciones más económicas.
Para Alcides Flores Martínez, director de Ciudadanos Organizados por el Desarrollo Integral de las Comunidades (CODIC), esta situación es el reflejo de lo que económicamente impera en la ciudad.
“La mayoría no tiene acceso a autos nuevos o seminuevos. El alza del dólar ha afectado, el alza en los registros de importación, de fronterización. Esto no permite que la mayoría de la población adquiera un auto en mejores condiciones y más reciente”, señaló.
Opinó que las autoridades tendrían que trabajar más en la elaboración de políticas o incentivos que permitan a los ciudadanos de todos los niveles socioeconómicos adquirir modelos más recientes, menos contaminantes y más limpios con el medioambiente.
Marisela Domínguez, empleada del sector de servicios, consideró que, pese a la apertura que han mostrado las empresas que se dedican a vender autos, el alza en insumos básicos y en general del costo de la vida hace imposible pensar en costear uno nuevo.
“Había estado viendo planes de financiamiento, pero la verdad es que me arrepentí porque de momento está subiendo todo y no quisiera después comprometer mi dinero en algo que además yo sé que se va a devaluar muchísimo en poco tiempo”, dijo.
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