Fernando Aguilar/
El Diario
Además del factor de la seguridad pública, médicos consideran que la alimentación y el estilo de vida de la población son elementos importantes que inciden en la esperanza de vida, por lo que exhortan a deshacerse de ciertos hábitos nocivos para la salud.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el estado de Chihuahua la expectativa de tiempo que una persona puede llegar a vivir desde su nacimiento subió de 68.7 años –la más baja de México en 2010– a 73.5 en 2016.
En este contexto, médicos como Lorenzo Soberanes Maya, actual vicepresidente de la sección de Salud de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), consideran que la población debe adoptar mejores hábitos de salud.
Por ejemplo, aumentar el consumo de agua y reducir en la mayor medida posible el de bebidas altamente azucaradas como refrescos y los productos que se venden como jugos, que contienen altos niveles de sodio y conservadores.
También recomiendan hacer ejercicio o caminar al menos 15 minutos al día a fin de reducir el sedentarismo que sumado a la obesidad, sobrepeso, diabetes e hipertensión, constituye un coctel que disminuye la esperanza de vida.
Otra medida que aconsejan es bajar la cantidad de sales y sumar más verduras, frutas y grasas saludables al régimen alimenticio.
“Lo que también tendríamos que revisar sería la esperanza de vida según la tecnología. Antes la gente se moría más rápido por el cáncer, pero ahorita es curable si se detecta en las etapas primarias”, dijo Soberanes Maya, ex presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Juárez.
Los datos del Inegi muestran que en 2010, uno de los años en los que la violencia envolvió con mayor intensidad a la ciudad, los hombres chihuahuenses tenían el pronóstico más bajo de las 32 entidades del país, con una estimación de apenas 62.5 años.
En el caso de este sector poblacional, el valor aumentó gradualmente a 65.9 en 2011, a 66.1 en 2012, a 67.5 en 2013, a 68.7 en 2014 y a 69.7 en 2015.