Cinthya Ávila/
El Diario
Han transcurrido ya siete años desde aquel fatídico día en que la explosión de un coche-bomba en las inmediaciones de la avenida 16 de septiembre marcó la vida de Nancy Paz Mares, socorrista de Rescate Municipal y superviviente del atentado.
Para ella la lección fue clara. “Hoy valoro todo lo que tengo”, expresó al recordar lo ocurrido.
A consecuencia de la detonación, Nancy resultó con pérdida auditiva y vértigo, lo que le impidió seguir desempeñándose como rescatista.
Actualmente pensionada, la madre de familia señaló que se dedica a sus hijos, sin dejar en el olvido lo que aconteció ese día.
La historia comenzó el 15 de julio de 2010 en Bolivia y 16 de Septiembre, cuando un grupo criminal hizo estallar un vehículo que dejó como saldo cuatro personas muertas y seis heridos.
Junto con Nancy Paz, el sargento Felipe Manuel Caldera Rivera y el teniente Gabriel Cervantes Rojas, tuvieron heridas de gravedad.
Este último falleció en 2014 luego de varios años de padecer las secuelas que le dejó la explosión.
Lo que viene a la memoria de Nancy es que ella junto con el teniente y el sargento transitaban por la avenida 16 de Septiembre para dirigirse a su base, localizada en la Cárcel de Piedra.
Antes de llegar al cruce con Bolivia vieron a varias personas, quienes les hicieron señas para que se detuvieran.
Al descender de su vehículo comenzaron a atender a una persona herida por arma de fuego.
A ellos se sumó el doctor José Guillermo Ortiz Collazo, quien tenía su consultorio a unas cuadras, y justo en plena labor, ocurrió el atentado.
“Nos metimos a una vecindad que estaba cerca. Estaba tan aturdida que no sabía lo que había pasado”, narró Paz Mares.
El bullicio de las sirenas de ambulancias y patrullas se apoderó de la zona. El caos se extendió durante varios días, tras las inspecciones de elementos del Ejército Mexicano, mismos que sitiaron algunas manzanas de la colonia Hidalgo en busca de explosivos.
Con el gobierno coadyuvaron también expertos estadounidenses en terrorismo. De acuerdo con los registros periodísticos, a esta frontera arribó personal del Buró Federal de Investigación (FBI) y de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).
Algunos de los videos disponibles aún en la plataforma de YouTube alcanzan más de 300 mil reproducciones.
Hoy en día el lugar luce sin rastros de lo ocurrido. Un vendedor, quien ayer se encontraba justo en la esquina donde sucedió, comentó que él “por suerte”, se retiró un poco antes.
Al día siguiente el escenario era impresionante. “No nos dejaron ponernos a vender aquí. Estaba lleno de policías”, narró.
A siete años del caso los detenidos como presuntos responsables no han sido sentenciados.
Los siete acusados son José Iván Contreras Lumbreras, alias “El Keiko”; Jaime Arturo Chávez González, “El Jimmy”; Mauro Adrián Villegas “El Blaky” o “El Negro”; Fernando Contreras Meraz, “El Barbas”; Martín Pérez Marrufo, “El Popeye” o “El Gordo”; Lorenzo Tadeo Palacios, “El Shorty” o “Shorty Dog”; y Jorge Antonio Hernández, “El Chapo” o “El Chapito”.
A ellos se les inculpa por los delitos de terrorismo, homicidio calificado y utilización de vehículo robado.
La bomba fue elaborada con plástico Tovex, que fue accionado a través de un celular.
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