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Con sentencia, cierra familia ciclo de dolor

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2017-07-15

El horror de la violencia que vivió el Valle seis años atrás parece lejano para algunos moradores que prefieren olvidar los crímenes que provocaron el éxodo de sus vecinos y amigos, muchos de los cuales permanecen en el exilio.
Otros, principalmente los deudos, recuerdan la atrocidad de los crímenes y de cómo la justicia, aunque lenta, parece que está llegando, al menos para Javier Esteban Rodríguez Vázquez y su familia.
La sentencia de 70 años de cárcel contra Andrés Alonso Camacho González, fue bien recibida por los deudos.
Sin embargo, urgen a la Fiscalía a esclarecer los crímenes que aún quedan impunes.
“Ojalá y todos los homicidios se investigaran como este”, pidió un residente de Guadalupe que recordó la escena del crimen.
El entrevistado pide la reserva de su nombre porque, asegura, aún hay muchos criminales en libertad dentro de las comunidades rurales del Valle.
El archivo periodístico refiere que el 3 de julio del 2011, entre las 13:00 y las 16:00 horas, Javier Esteban fue privado de su libertad en su vivienda ubicada en la calle Vicente Guerrero del ejido Bosque Bonito, municipio de Guadalupe.
Camacho González y otros hombres irrumpieron en la propiedad de Javier Esteban Rodríguez Vázquez donde lo golpearon y privaron de la libertad para llevarlo a una casa de seguridad.
“Posteriormente lo decapitaron, le cercenaron las extremidades superiores e inferiores, así como los dedos de la mano derecha.
Luego abandonaron la cabeza en la puerta de la presidencia Municipal del poblado de Guadalupe, y el resto del cuerpo en la plaza principal del mismo poblado”, acusó un fiscal estatal.
En el edificio público también fue colocado un mensaje junto a la cabeza, pero su contenido nunca fue revelado.
Este crimen fue uno de los hechos más violentos que se había registrado en los primeros cuatro días de julio del 2011 en la región del Valle de Juárez, de acuerdo con el seguimiento periodístico que se llevó del delito de homicidio doloso.
Luego del crimen, Andrés Alfonso Camacho González fue detenido por los agentes de la entonces Policía Estatal Única que buscaban a los participantes de una balacera ocurrido en el poblado de Porfirio Parra o Caseta, meses después del hallazgo del cuerpo cercenado.
En la calle Lorenzo Aguilar los agentes encontraron un automóvil Buick Century color gris, que los testigos habían denunciado como una de las unidades que participaron en el enfrentamiento armado.
Andrés Camacho González, apodado “El Sicario”, supuestamente traía 88.6 gramos, un arma de fuego y seis cartuchos calibre .38 y presuntamente pertenecía a la organización delictiva que encabezaba Óscar Eduardo Vargas Romo, alías “El Negro”, quien operó en el Valle de Juárez.
El pasado 11 de julio y seis años después del crimen, un Tribunal de Enjuiciamiento dictó la sentencia máxima condenatoria de 70 años de prisión contra Andrés Alfonso Camacho González.
La pena máxima que establece el Código de Procedimientos Penales en Chihuahua.

lsosa@redaccion.diario.com.mx

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