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Obedecen a propósitos políticos viviendas del suroriente

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-07-09

El sector suroriente de la mancha urbana de Ciudad Juárez no sólo concentra el índice más alto de casas deshabitadas, sino que es el que menores satisfactores ofrece a sus moradores.

Especialistas en temas urbanos atribuyen esta situación a que las viviendas que predominan ahí no son verdaderos espacios para la habitabilidad humana y, por el contrario, su construcción ha obedecido a factores ajenos, entre ellos políticos.
Una revisión de la última edición del Inventario Nacional de Viviendas indica que, por ejemplo, en un polígono que contiene 28 conjuntos habitacionales y 3 mil 771 manzanas, apenas el 17.23 por ciento de ellas tienen árboles o palmeras en todas las vialidades, mientras que el 49.85 las poseen sólo en alguna calle.
La herramienta desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta además que en esa parte de la ciudad, 8 de cada 10 vialidades (79.31 por ciento) no cuentan con puestos semifijos y el 88.04 por ciento de ellas no tiene ninguno de tipo ambulante.
En esa zona se concentran principalmente viviendas construidas bajo el esquema de interés social, de modo que todas comparten una serie de características entre las cuales destaca su reducido tamaño en comparación con las que se ubican en otros puntos de la localidad.
Más que para satisfacer las necesidades de un segmento específico de la población, estas casas fueron diseñadas con propósitos políticos, dice Lidia Sandoval Rivas, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Desde la perspectiva de la catedrática del Departamento de Arquitectura de la UACJ, los diferentes actores políticos encontraron en ellas una oportunidad para ‘brillar’ exhibiendo que durante determinado sexenio o período, por ejemplo, lograron abatir un déficit al construirlas.
La docente sostiene que la gente las ha venido abandonando porque no reúnen los requisitos mínimos que podrían convertirlas en auténticas viviendas, no son cercanas a las áreas de producción social y no fomentan una verdadera cohesión.
“Si eres minusválido no puedes vivir en esa casa. No entras al baño. No tiene el tamaño requerido para que una silla de ruedas entre por el vano de la puerta. No reúnen las expectativas de movilidad al interior. Si tienes un sillón de dos plazas ya no tendrás mesa, porque el refrigerador sólo cabe en la sala”, dijo.
De acuerdo con Así Estamos Juárez, un documento que recoge datos numéricos sobre diferentes aspectos de la ciudad, las personas que residen en el suroriente son las menos satisfechas con las casas en las que viven.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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