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‘Quería bajar todos los Cristos’

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-06-27

La carretera quedó bloqueada, recuerda Pilar Aranda en la tranquilidad de la mañana. Hacía tanto viento que las copas de los árboles casi llegaban al suelo, rememora. El techo de la casa de sus hijos se deshizo y, a su paso, el agua enlodó los trastes y la ropa de su familia.

Al acordarse de la tormenta que le quitó la calma el sábado por la noche, la mujer de 48 años se dice sorprendida porque, afirma, hacía tiempo que sus ojos no veían algo similar.
“Ya quería bajar todos los Cristos porque estaba muy feo”, dice. “Muy horrible estaba. Tenía miedo. Los árboles se movían. Y luego el granizo. Sí había llovido así, pero no tanto como ese día”, recuerda.
La combinación de lluvia y granizo que ‘golpeó’ la zona del Valle de Juárez, fue una contingencia climatológica atípica para la temporada, informó Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil del Municipio.
En un recorrido realizado para verificar el estado de los diques que sirven a la zona rural, el funcionario calificó el fenómeno meteorológico como severo y alertó sobre la cantidad de agua pluvial que cayó en las proximidades de estas comunidades.
De acuerdo con Matamoros Barraza, de los cuatro diques que acumulan el agua pluvial ahí, tres se llenaron hasta su máxima capacidad.
Lo anterior implica que sólo uno –que según el titular de Protección Civil tiene entre 10 y 12 metros de profundidad–, que subió aproximadamente hasta la mitad, puede recibir más agua sin correr el riesgo de desbordarse.
“Aquí el detalle es que si nos vuelve a caer agua nuevamente, una lluvia fuerte, como la que tuvimos, tendríamos un mayor problema, dado que (los diques), ya llenos, nada detiene el agua; entonces brincaría el agua hacia la carretera, hacia los poblados”, comentó.
Matamoros Barraza manifestó su sorpresa ante el hecho de que, dijo, Protección Civil monitorizaba la tormenta a través de radar y ésta parecía ‘atacar’ con fuerza únicamente a la zona rural, mientras la mancha urbana de Ciudad Juárez no corría con la misma suerte.
Mientras Pilar vuelve a vivir lo sucedido el sábado, ahora en la casa de su vecina Guadalupe, cuadrillas de diferentes dependencias gubernamentales trabajan a unos pocos metros en el rebombeo del agua estancada en la carretera Juárez-Porvenir, vía que ese día estaba completamente inundada.
“Por donde quiera había agua”, cuenta Guadalupe Meza, otra habitante de Loma Blanca. “Se brincó y vino a dar toda para acá adentro. Andábamos con los muebles para allá y para acá porque el agua no nos daba ‘chanza’ de nada. Nos llegaba hasta los pies, adentro. Sí nos dañó bastante”.
Como resultado de la fuerza de la naturaleza, los techos de varias casas como las de estos vecinos, quienes sostienen que hacía más de 4 años que una tormenta así se posesionaba de la zona, sufrieron daños considerables, aunque autoridades descartaron personas fallecidas o lesionadas. (Fernando Aguilar / El Diario)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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