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Hidratarse, costosa necesidad

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-06-23

Sin perder el sentido del humor ante la crisis que han provocado las altas temperaturas del verano en la ciudad, Elvira dice que, ahorita, la botella de agua se la echa hasta en la bolsa del pantalón.

El sufrimiento de la mujer radica en que no puede desperdiciar ni una gota; mantener hidratada a su familia es una costosa e impostergable necesidad.
Como ella, miles de personas, la mayoría empleados de maquiladora, que sufren los efectos del calor extremo deben gastar una buena parte de su presupuesto semanal no sólo en pagar el recibo del agua, sino en comprar líquidos para rehidratarse y, en muchos casos, suplir la falta de servicio de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS).
El caso de María del Carmen, habitante del poniente de la ciudad, expone con detalles esta problemática.
Esta mujer debe comprar agua embotellada porque su colonia –Vistas Los Ojitos– no llega el suministro con regularidad.
“Es caro”, dice refiriéndose al hábito de sobrevivir el verano. “Tenemos que comprar agua para tomar y cocinar. De perdida, son unos 200 pesos lo que se gasta uno a la semana, bajita la mano”.
Para Eva Jiménez, otra mujer que pasa una gran parte del día fuera de su casa, comprar un paquete de aguas de casi 40 pesos es un lujo necesario ante las altas temperaturas que predominan en la región.
“Para tomar nosotros compramos de garrafón”, dice Elvira Gallegos, otra persona afectada por el calor. “Los botes nos salen en 12 pesos cada uno, pero de todas maneras, ¿se imagina estar comprando tanta agua?”.
Una visita a tiendas de autoservicio permitió constatar que el agua es uno de los productos más vendidos; es común observar camiones que descargan grandes cantidades de ella.

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