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Regresan a su casa… en ataúdes

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-06-16

Sin viento que refresque la piel, con el sol ardiente que quema en Puerto Anapra, en una modesta casita, una familia vive una historia de dolor que nadie cree todavía.
Con gran reticencia, quienes ahí se encuentran permiten el paso a los que desean atestiguar el momento y expresar su solidaridad, pero prefieren no decir una sola palabra.
El silencio reina en ese patio arenoso, donde Michelle Leyva e Ilse García, las niñas de 12 y 10 años que murieron tras ser atropelladas por un conductor en estado de ebriedad, reciben una despedida.
Después de aquel hecho de la noche del miércoles, los cuerpos de las dos menores volvieron ayer a su hogar, para ser velados.
En la escuela donde ellas estudiaban, situada a unas cuantas cuadras de la vivienda, un moño negro colocado en el acceso principal y las posturas de profesores y directivos anuncian que la comunidad está de luto.
Protegiéndose del sol bajo una descolorida manta entre amarilla y blanca, los familiares y allegados de las niñas se reúnen en torno a los féretros blancos colocados en el fondo del patio, muy cerca de la puerta de la casa.
En ese espacio donde predominan las piedras, la arena y la grava no hay una sola sombra más que la que cobija a los asistentes al funeral, que son tantos que las carpas resultan insuficientes.
Afuera, un agente de Tránsito resguarda la estrecha calle de tierra y paramédicos del departamento de Rescate se mantienen expectantes.
“Pueden tomar fotografías, pero no vamos a dar entrevistas”, dice la hermana de la madre de una de las niñas que, afligida, consagra el momento a la despedida de las menores mientras coronas de flores llegan a ser puestas junto a los ataúdes.
Unos minutos antes, el llanto había estado en ese lugar. Los cuerpos llegaron hacia las 11 de la mañana a bordo de una carroza de la Funeraria Ríos, lo que les arrancó las lágrimas a familiares, amigos y vecinos de Michelle e Ilse.
A esas horas, el espacio se llenó por unos instantes de un rap que sonaba a través de una bocina, música que les gustaba a las niñas bailar.
Profundamente consternado, un tío de las niñas pidió públicamente a las autoridades que al responsable del accidente le sea aplicado todo el rigor de la ley.
En el percance donde murieron Michelle e Ilse, otros cuatro niños sufrieron heridas que a tres los mantienen hospitalizados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Dos de ellos están internados en el área de cuidados intensivos del Hospital General de Zona (HGZ) 6, donde su estado de salud es reportado como grave, en tanto que una más convalece en el área de piso del HGZ 35. (Fernando Aguilar / El Diario)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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