Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Da pasos lentos, en silencio, luego limpia las lágrimas para que nadie lo vea llorar. Así concluye su jornada laboral el integrante del equipo de paramédicos de Rescate Municipal, que recién sale del Seguro Social donde quedaron internados los cuatro menores lesionados por un hombre en estado de ebriedad.
Traté de reanimarla, pero no pude, tratamos, no pudimos, suelta el técnico en urgencias médicas que puso sus cinco sentidos en alerta durante el tiempo que duró la atención al grupo de niños atropelladas por un conductor en tercer grado de ebriedad. El accidente vial fue reportado a las 21:09 horas del miércoles al Ministerio Público.
La vida de Ilse Pamela se le fue de las manos y le duele.
El socorrista, con varios años de experiencia como rescatista, repasa el protocolo empleado y no encuentra fallas. Reconoce que las heridas que sufrió la niña de 10 años eran mortales, pero él y sus compañeros la querían viva. Las querían vivas.
Me da en lo más profundo, era una vida de apenas 10 añitos, repite el técnico que pide la reserva de su nombre.
Al hablar apenas logra pasar saliva y deja correr dos lágrimas con pesar.
Los paramédicos de Rescate y Cruz Roja trabajaron esa noche en forma coordinada, formando un solo equipo y aunque la jornada fue extenuante, saben que dieron lo mejor de sí.
“Arriesgamos todo, damos todo y no pedimos nada a cambio”, dice triste.
A veces, comparte, han recibido la bendición de los pacientes que ayudan y que al carecer de recursos económicos, les dan su bendición y para él es bastante.
Pero todo se derrumba cuando tenemos momentos como éste. Eran unas niñas, lamenta.
Los técnicos en Urgencias Médicas que apoyaron a los lesionados y a sus familias no recibieron ningún reconocimiento, algo que suele ocurrir en forma recurrente.
Ayer preguntaron por el estado de salud del niño que trasladaron en código rojo y saben que está grave, pero peleando por su vida.
“Vimos muy buena atención del personal del Seguro Social, agrega.
Después de los paramédicos, enfermeras y doctores empezaron a trabajar para atender a los menores.
lsosa@redaccion.diario.com.mx