Daniel Domínguez
El Diario
Los cuerpos de las dos niñas que murieron la noche del miércoles pasado, tras ser arrolladas por un conductor ebrio, en la colonia Rancho Anapra, volvieron a su hogar.
En una carroza de la Funeraria Ríos, cuya propietaria aportó el servicio completo, llegaron hasta el 10507 de la calle Hipocampo, en donde las esperaban familiares, amigos y vecinos.
Pocos minutos antes de las 11 de la mañana, las cajas blancas con los cuerpos de las niñas Pamela García Leyva y Miriam Michel Estrada, llegaron al inmueble y arrancaron el llanto de los presentes.
Una bocina con música tipo rap, fue colocada por un familiar, quien dijo que era lo que les gustaba bailar a las niñas.
Los tíos de las fallecidas colocaron dos carpas para evitar los rayos del sol y algunos llevaron agua y alimentos para ofrecer a los dolientes.
Un tío de las niñas pidió a las autoridades que le apliquen todo el rigor de la ley al responsable del accidente que cegó la vida de Pamela y Michel.
"No queremos volverlo a ver por aquí, nos causó mucho daño y todo por esa estupidez de manejar borracho, mató a dos inocentes", comentó.
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