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Donan decenas su cabello para pacientes con cáncer

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-05-28

Aunque sentía necesidad de hacerlo, Aimé Estrada esperó casi dos años para acercarse a donar su cabello; mientras se decidía, lo dejó crecer varios centímetros.
Finalmente, la mujer de 22 años acudió ayer al estilista que cortó su cabellera, y ella, satisfecha por su fuerza de voluntad, lo entregó para hacer feliz a una persona que no conoce.
Como centenares de voluntarios, Aimé decidió donar su cabello en la nueva edición de “Trenzando Corazones”, una iniciativa con la que la organización Cancer Survivor busca dotar de pelucas a pacientes que sufren de esa enfermedad.
“Uno de mis familiares fue enfermo de cáncer y ya está curado, entonces es como un agradecimiento y una manera de apoyar a la gente con cáncer. El cabello es algo que crece y si puedo hacer feliz a alguien haciendo esto, lo voy a hacer”, dijo.
La actividad arrancó a las 12 del mediodía en el pasillo central del centro comercial Las Misiones, donde los organizadores instalaron una plataforma y dispusieron de sillas para la noble causa.
Largas filas se habían generado desde minutos antes de la hora pactada y no pocos rostros denotaban inquietud.
Una niña pequeña se veía emocionada de poder contribuir, pero tan pronto como fue despojada de su cabello estalló en llanto.
“Decidí venir por solidaridad, para ayudar a las personas que lo pierden por una enfermedad”, indicó María Mayela Adriano Montoya, una profesora de 26 años. “Cortarlo me hizo sentir nerviosa, triste, alegre porque voy a ayudar, pero todavía siento como la piel chinita”, dijo.
Lourdes Tejada, cofundadora de Cancer Survivor, indicó que la iniciativa plantea recolectar miles de trenzas para convertirlas en pelucas oncológicas que les devuelvan la confianza en sí mismas sobre todo a las mujeres que ven con tristeza cómo un elemento tan vital de su identidad se cae como efecto de las quimioterapias.
Los activistas organizan “Trenzando Corazones” con este propósito desde 2010 y, tan sólo el año pasado, lograron reunir mil 300 trenzas en ocho horas.
“Esperé dos años para hacer esto”, comentó Marisol Valderrama, estudiante universitaria. “Realmente me hace sentir bien saber que mi cabello se lo va a poner otra persona que tal vez nunca voy a conocer; me produce un sentimiento de mucha satisfacción y a la vez como de plenitud”, expresó. (Fernando Aguilar / El Diario)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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