Karen Cano
El Diario
Yael brinca, baila, se inclina y se mueve emocionado cada que alguno de los personajes que se encuentra en la pantalla de la máquina de videojuegos acierta con algún movimiento que le hace aumentar su puntuación y le asegura más minutos de partida.
Tiene 7 años, vive en la colonia Aztecas, y el parque más cercano que tienen él y sus vecinos se encuentra a tantas cuadras de distancia que es poco práctico y hasta peligroso ir caminando.
“Esa propiedad tiene años ahí, y nunca ha habido nada. Deberían de tumbarla y hacerla parque; nos hace falta, los niños se la mantienen aquí encerrados o jugando aquí afuera, usando llantas como porterías, uno los deja porque tienen que jugar pero no es cómodo”, cuenta la abuelita de Yael, quien tiene una tienda de abarrotes en la calle Olmecas, donde se encuentran las máquinas que alegran las horas de su nieto y de los demás niños de la cuadra.
Mariana Loya, presidenta de la asociación civil Techo Comunitario, dijo al respecto que esta historia exhibía la falta de políticas públicas para la creación de espacios adecuados para el sano esparcimiento de niños y adolescentes.
“Jugar es tan necesario como comer o dormir. Los niños necesitan jugar para poder desarrollarse, crecer y aprender a relacionarse.
No basta con que pongan parques, los pocos que han están llenos de vidrios y maleza, también hay que ser consciente de la necesidad de mantenimiento y adecuación de estos espacios”, dijo.
Todo lo anterior se da a conocer hoy en el Día Internacional del Juego, mismo que se encuentra promulgado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) con la finalidad de recordar que los niños tienen derecho a jugar.
Debido a este factor del rezago histórico en lo que respecta a infraestructura y a otros relacionados con la inseguridad y la falta de dinero, de momento las familias privilegian el juego dentro de los hogares, lo cual limita el desarrollo del menor.
“Es un juego muy individual que no favorece la convivencia, la actividad al aire libre. Se abusa de la tecnología, que no es mala por si, pero por tiempos prolongados lo es”, dijo Loya.
En el Artículo 31 de la convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se establece que jugar es un derecho.
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