Fernando Aguilar/
El Diario
A Beatriz García se le nota el nerviosismo. De pie frente a un parque mientras espera que su hijo presente el examen para ingresar a secundaria, confiesa que no pudo dormir y que le duele el estómago.
Nicolás en cambio entró tranquilo a la escuela donde se aplicó ayer la prueba; esa es la última imagen que la madre tiene de él.
Beatriz dice sentirse agobiada por decenas de pensamientos que llegan a su mente. ¿Si no queda? ¿Si se acaba el cupo? ¿Si tiene que inscribirlo en otra escuela que no quede camino a la casa?, son preocupaciones que la acechan todas al mismo tiempo.
“Sufrimos más los padres que los hijos, pero espero que sí quede”, dice ligeramente aliviada luego de que Nicolás entró a la Escuela Secundaria Estatal 3002.
“Conozco a una persona que me dice que su hijo no quedó, no porque no haya sabido, sino por falta de cupo, así es que espero y sí quede”.
Esta escena se repitió ayer en los distintos planteles, que fueron sede del Instrumento de Diagnóstico para Alumnos de Nuevo Ingreso a Secundaria (Idanis), un examen que mide las habilidades básicas con las que cuentan quienes aspiran a ese nivel educativo.
De acuerdo con la Secretaría de Educación y Deporte, ayer presentaron esa prueba 62 mil 112 aspirantes a secundaria en todo el estado, de los cuales 25 mil 946 habitan en Ciudad Juárez.
El instrumento de diagnóstico inició a las 9 de la mañana y concluyó hacia las 11, lapso en el que los alumnos contestaron las preguntas de opción múltiple sobre habilidad para el razonamiento abstracto, comprensión de la lectura, completar oraciones, aritmética y geografía.
Los resultados serán revelados el viernes 26 de junio en cada uno de los planteles y también serán publicados en la página de la Secretaría de Educación y Deporte, http://educacion.chihuahua.gob.mx, indicaron las autoridades.
Judith Soto Moreno, subsecretaria de Educación y Cultura en esta ciudad, afirmó que ningún estudiante se quedará sin un lugar en una escuela secundaria, pues, si se acaba el cupo en la que eligieron, le serán ofrecidas otras opciones cercanas a su domicilio.
Lo primero que Alan le dijo a su madre cuando terminó el examen en la Secundaria Estatal 3002 fue que le había ido bien.
Consciente de que controlar su nerviosismo había sido una ardua tarea, el estudiante de 12 años abrazó a su madre y le contó que había sido más fácil de lo que imaginó.
“Estuve repasando la guía; yo tenía miedo de que con los nervios se me fuera a olvidar lo que estudié, pero siento que sí me preparé bien y estoy seguro que voy a quedar aquí porque también están aquí unos amigos”, dijo el niño. (Fernando Aguilar/El Diario)
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