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Transforma su imaginación en artesanías

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-04-23

A Lorena Isabel nada le apasiona más que mover las manos. Aunque las mantiene ocupadas la mayor parte del día porque es madre de un niño pequeño, su “magia” comienza cuando toma unas pinzas y, con una precisión milimétrica, enrosca un alambre de cobre y zinc para traer al mundo las ideas que viven en su mente.

Gracias a una habilidad especial que ha desarrollado, la mujer de 28 años es capaz de confeccionar lo mismo una pulsera que una cartera de piel o un collar de obsidiana arcoíris, turquesa, ágata, amatista o cualquier otro material que trae desde el sur del país.
Como artesana que es desde hace cinco años, Lorena Isabel ha comprendido que sólo hay una forma de tener éxito en la actividad a la que ha decidido consagrar todo su tiempo libre a pesar de no contar con espacios fijos para promocionar lo que hace: formar cada uno de los eslabones de las joyas que fabrica con suma paciencia.
“Mucha gente no sabe la dedicación que se le pone al metal, pero escuchan el precio y se espantan”, lamenta la juarense. “Pero cada quien hace lo que le gusta y esto es lo que me gusta a mí”.
Ella forma parte del grupo de artesanos que hace unos días instalaron en el corredor de la avenida 16 de Septiembre una muestra de sus productos como parte de un festival llamado Pachamama, que se permanecerá ahí hasta el próximo domingo.
A su módulo de exhibición llegan personas que le piden aretes, unas que van en busca de bolsas de mano y otras que esperan encontrar pequeños objetos de bisutería.
Cada una de las piezas que ocupan un lugar en la mesa de su puesto representa al menos tres horas continuas de su trabajo, pero no pocas tienen detrás de sí días enteros invertidos en cortar pieles y coserlas.
Sin apartar la vista de la creación en la que está trabajando, mientras sus manos se mueven, Lorena Isabel cuenta que todo lo que sabe lo aprendió en Internet.
Motivada por la admiración que le produjo observar a una de sus amigas exhibir una asombrosa minuciosidad en esa labor que ella ya admiraba en el pasado, relata, comenzó a navegar en la red para encontrar tutoriales que luego puso en práctica.
Desde entonces alimenta su creatividad a partir de la observación. Cuando va por la calle, observa. Se fija en los aretes que porta la mujer que pasa a su lado y, si le gustan, ella guarda una imagen mental de ellos y cuando regresa a su taller los elabora siguiendo la guía que se hizo en la cabeza, aunque a su manera.
Así, consciente de que su resultado no será el mismo que sus ojos vieron en aquel momento, la mujer se alienta a sí misma y se dice que la ventaja de las artesanías es que las piezas artesanales siempre son únicas. Así es como se convence de que ninguno de sus productos es mejor que otro.
Sin embargo, desde esa perspectiva, Lorena Isabel lamenta que, en sus palabras, la mayoría de las personas estén “tan acostumbradas” al plástico.
“Manejo piedras naturales, fósiles, ámbar de Chiapas. Son un montón de piedras que hay en la República Mexicana, pero mucha gente no sabe que tenemos muchas cosas muy bonitas aquí”, dice.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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