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Usan la música contra la violencia

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2017-04-15

En octubre del año pasado  Jesús Soto Sánchez llegó a su oficina cargando su guitarra. Al escuchar a su compañero, Luis Tarango llevó su instrumento y juntos hablaban de las canciones que les gustaban.
Su pasión por la música los ha llevado a integrar el grupo musical Síncopa7.
La síncopa es un efecto rítmico y siete es el número que en clave policial identifica a los policías municipales.
La primera banda musical de la Academia de Policía Municipal (APM) está conformada por los agentes instructores y tienen a su cargo la responsabilidad de formar y profesionalizar a los cadetes y agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
La música, aseguran, transforma corazones y ellos buscan servir a su sociedad y ofrecerle lo mejor de ellos con honor, lealtad y sacrificio.
Los dos oficiales reunieron sus talentos junto a otros compañeros y desde la semana pasada ensayan varias canciones para en un futuro cercano debutar en algún acto oficial de la SSPM.
El agente Soto Sánchez, es policía y funge actualmente como coordinador académico en la APM, además es licenciado en Educación y tiene una maestría en Pedagogía Crítica.
Ciro Loera Guereka es instructor de la Academia, tiene una licenciatura en Criminología y una maestría en Seguridad Ciudadana y está a cargo del bongó.
Luis Raúl Tarango, es policía e instructor ingeniero en Mecatrónica, así como maestría en Ciencias Básicas y toca la guitarra; Carlos Castillo es licenciado en Relaciones Públicas y es el baterista.
“La idea de estas actividades culturales es promover la proximidad social a través de las artes. Dentro del plan rector profesional de la Academia surge la intención de incorporar la pedagogía critica, sobre las injusticias sociales que se llevan a cabo en una comunidad”, planteó el cantante, Jesús Soto.
“Sabemos que tenemos el refuerzo de las armas, pero debemos contar con otras como la cultura y el arte para el progreso del género humano, para el triunfo de la verdad y el resaltamiento de la escala de valores en una sociedad”, agregó el hombre que lo mismo canta una balada que una canción de rock.
“Creemos que la nueva generación de policías que está demandando la sociedad necesita esas herramientas para humanizarse ante la pérdida de valores que ha traído la ola de violencia que en años pasados embistió a nuestra ciudadanía”, dijo.
Los agentes disfrutan de la música, de la complicidad que surge con los primeros acordes y sus compañeros no desperdician la oportunidad de participar como coristas e improvisan los acompañamientos para crear un ambiente de armonía y ritmo dentro del recinto que no sólo los forja para enfrentar la violencia, sino para acercarse a la sociedad. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)

lsosa@redaccion.diario.com.mx

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