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Se cumplen 4 años de derrumbe de chimeneas de Asarco

Alicia Fernández/
El Diario

2017-04-12

Hoy se cumplen cuatro años de que se derrumbaron las chimeneas de la que fuera la fundidora Asarco. Ahora, de las torres emblemáticas de la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, de 252.37 y 186.54 metros de altura, sólo se aprecian unos montículos al lado de una planicie.
Efrén Matamoros, director de Protección Civil, recordó el operativo que montaron el 14 de abril de 2013, previo al derrumbe, el cual se llevó a cabo alrededor de las 7:20 horas.
Dijo que se apoyaron de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, cuyos especialistas hicieron mediciones sísmicas para comprobar que no hubiera un impacto mayor que pudiera provocar un movimiento tectónico que dañara las viviendas de las zonas aledañas.
“Se llevó equipo de bomberos, seguridad y vigilancia. Seguridad Pública, Tránsito, estuvieron pendientes de cualquier situación que pudiera ocasionar esta demolición, todo salió bien”, comentó.
Horas antes los medios de comunicación, así como cientos de personas buscaron el mejor lugar para atestiguar y captar el momento justo en que la dinamita detonaría en la base de las estructuras, con lo que caerían una después de otra.
Luego de 112 años de existencia habitantes de las colonias Anapra, Felipe Ángeles y Ladrillera, que en algunos casos tenían años de vivir en la zona, vieron en vivo caer lo que fuera un símbolo fronterizo; otros miles de espectadores observaron el momento a través de internet o de los canales televisivos.
Luego de un par de estruendos y la caída, una nube blanca se dispersó por dichas colonias y tomó por sorpresa a los transeúntes, además de que limitó la visibilidad de los automovilistas; algunos desechos se introdujeron en las casas.
“En menos de un minuto ambas chimeneas, que durante años lanzaron al cielo fronterizo las emisiones generadas por la fundición de cobre, zinc, cadmio y otros metales, fueron bajadas de las alturas y reducidas a una impresionante nube de polvo que alcanzó una extensa zona alrededor de la fundidora”, se escribía en El Diario.
De acuerdo a archivos periodísticos, la planta fue señalada como una empresa contaminante, lo que generó varias controversias que detonaron su cierre; en 2005 se declaró en quiebra.
María Ramírez viuda de Ruíz tenía una vista privilegiada de estas edificaciones, en 1981 llegó a vivir a la orilla del río, en donde sus hijos jugaban al pie de las torres de Asarco, en la agua que años después le dijeron que tenía contaminantes.
Uno de sus hijos murió a los 16 años, René Ramírez, empezó con dolor de huesos, fue empeorando, duró cinco meses y falleció, los doctores le dijeron que era anemia plástica, luego su hija peleo por el cierre y la demolición de las torres, con la creencia de que su hermano se contaminó.

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