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Enfrentan desdén voluntarios de la Cruz Roja

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-03-22

A Rubí Esmeralda le dijeron en la vía pública que en vez de pedir dinero, mejor se pusiera a trabajar. Con un notable desdén, una persona la ofendió. Otra le pidió que no la molestara y una más ni siquiera la miró a los ojos para atenderla, recuerda.

Pese a que las carencias con las que trabajan son ampliamente conocidas, los voluntarios de la Cruz Roja como ella que buscan en las calles recursos para la institución deben resistir el rechazo de algunos conductores que aguardan la luz verde del semáforo.
En ese ejercicio de solidaridad, aunque vayan identificados, deben incluso tolerar insultos y minimizar las actitudes negativas de los enfadados automovilistas que, por fortuna –afirman–, son la minoría.
“La verdad es que es muy pesado estar tratando de buscar el donativo. Contestan de mala manera, te ofenden. ‘Ponte a trabajar’, ¡como si uno estuviera pidiendo para uno!”, dice indignada la mujer, estudiante de Enfermería en la Cruz Roja. 
El ‘boteo’ que desde el jueves 16 llevan a cabo en cruceros de la localidad había permitido recabar hasta el pasado domingo 231 mil pesos, informó ayer Mario Carmona, director general de la delegación local de la institución.
La Colecta Anual de este año, que arrancó aquel día en la explanada de la Presidencia Municipal, tiene la meta de alcanzar 2 millones de pesos que, según Carmona, servirán para costear las necesidades más inmediatas como los insumos que utilizan los paramédicos en sus labores y el combustible de las ambulancias.
Con este objetivo en mente, los sábados y los domingos salen a buscar el auxilio ciudadano 400 personas, entre voluntarios y estudiantes de la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja.
De lunes a viernes, ese número se reduce a 50, por lo que conseguir el dinero es para muchos de ellos una tarea más ardua.
Para cumplir con su asignación, Rubí Esmeralda Pérez Galindo, que cursa el cuarto semestre del programa académico, salió ayer al crucero de las avenidas Francisco Villarreal Torres y Teófilo Borunda y al que forman el bulevar Óscar Flores y la avenida Adolfo López Mateos.
En ese último punto, la mujer abordaba a los automovilistas explicándoles la importancia de su apoyo.
La suerte estaba de su lado en algunas ocasiones y al bote ingresaban monedas de cinco y diez pesos, pero, en otras, el desdén de los conductores era evidente.
“Han tenido malas experiencias”, explica Rubí Esmeralda. “Quizá maltrato en el Sector Salud. Tampoco quieren donar porque a mucha gente se le hace fácil pedir dinero en la ruta, en todos lados. Pero nosotros lo hacemos por la institución. Es nuestro deber y es parte de lo que nosotros hacemos”. (Fernando Aguilar / El Diario)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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