Luz del Carmen Sosa/
El Diario
El número de conductores en estado de ebriedad va en permanente aumento y suman mil 37 ciudadanos retirados de circulación del primero de enero a la fecha, según los datos más recientes aportados por la Dirección General de Tránsito Municipal (DGTM).
Los conductores alcoholizados representan un serio problema de salud, seguridad y al patrimonio familiar, plantea Sergio Pacheco González, secretario técnico del Observatorio de Seguridad y Convivencia Ciudadanas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Recientemente la DGTM informó que durante el último trimestre del año, cuando inició la actual administración municipal fueron detenidos mil 320 conductores, de los cuales el 52 por ciento carecían de su licencia de manejo.
Esta misma tendencia se mantiene en los primeros tres meses del 2017, revela la DGTM.
De estos datos llaman la atención dos rubros: la asociación entre consumo de alcohol e incumplimiento de portar con la licencia expedida por la autoridad en la materia, según el Artículo 88, Fracción II del Reglamento de Vialidad y Tránsito de Ciudad Juárez, explica Pacheco González.
De los mil 320 choferes alcoholizados de octubre a diciembre de 2016, 706 carecían de licencia al momento de su arresto y el 5.7 por ciento era reincidente, informó la DGTM.
“La reincidencia es el problema mayor, si bien el porcentaje es en apariencia bajo, del 5 al 6 por ciento, el conjunto de sanciones que se establecen en estos casos, hace pensar que los hechos no son casuales o que en esa ocasión no se actuó con prevención”, expone el especialista.
Aunque la DGTM sanciona con la asistencia obligatoria a un curso “de alto riesgo”, el verdadero problema es que el conductor amonestado ya manifiesta un problema de adicción al alcohol, se explicó.
“Éste requiere un abordaje desde la perspectiva de la salud pública, no basta la sanción”, abunda el doctor Pacheco González.
Otro punto que destaca el especialista es que la cantidad de conductores detenidos en segundo y tercer grado de alcohol es muy similar al número de guiadores sorprendidos en primer grado.
“Significa otro punto de alerta, en tanto implica no sólo que se pasa de un consumo moderado, sino que es factible que el conductor tome en cuenta que sus condiciones no son las mejores y que su condición lo pone en riesgo, así como a otras personas con las cuales comparte la vía pública”, explica.
La falta de la cultura de la legalidad entre los ciudadanos es algo que este Observatorio mostró en noviembre del año pasado.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta Percepción de la ciudadanía sobre el personal operativo de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal del Municipio de Juárez (junio 2016): el 58.4 por ciento de las personas consultadas manifestaron manejar algún tipo de vehículo de motor.
De éstas, 77.9 por ciento expresó contar con licencia de conducir y 76.4 por ciento dijo no contar con seguro vehicular.
Desde otra perspectiva, se preguntó a las personas encuestadas y que manejan algún tipo de vehículo si habían ofrecido dinero u otro bien a un agente de tránsito municipal para evitar una sanción o multa.
En este caso, la respuesta mayoritaria (58.7 por ciento) fue que sí lo habían hecho.
“Observamos que desde una perspectiva de cultura de la legalidad, persisten algunas prácticas que favorecen condiciones adversas para la ciudadanía al momento de presentarse algún incidente. Se afecta la salud, la seguridad y el patrimonio familiar, además de ocasionar daños al patrimonio común al afectar equipamiento urbano y demandar servicios médicos”, destacó Pacheco González.
Abundó que el consumo de alcohol asociado al manejo de vehículos de cualquier tipo, incrementa las probabilidades de que cualquier persona ocasione o se vea involucrada en un evento con consecuencias diversas: económicas y/o materiales y/o bien de lesiones e incluso muerte.
Por las cifras de conductores ebrios detenidos aportadas por la DGTM, 2 mil 357 en lo que va de la presente administración municipal, aún falta mucho por hacer.
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