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Celebran etnias ritual de purificación

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-03-18

En vísperas de la primavera, pedir salud para los enfermos, implorar solución a los conflictos y rogar por el bienestar de la gente que vive en la ciudad movió a los huicholes y mazahuas a regresar un año más a El Punto para hacer ahí su ancestral ceremonia de purificación. 
Sin importar la variedad de religiones que existen en el mundo, los indígenas como Luis Bautista Carrillo, integrante de la comunidad de huicholes, oraron ayer para llenarse de energía como sus antepasados lo han hecho desde hace siglos.
Esta ceremonia forma parte del llamado Festival del Sol, una serie de actividades que organizaciones de la sociedad llevan a cabo para celebrar la llegada de la estación que precede al invierno.
Convencidos de que todas las acciones humanas tienen una repercusión que va más allá del plano terrenal, los participantes realizaron unas oraciones iniciales y después saludaron a los puntos cardinales antes de ‘vestir’ al Árbol de la Paz –plantado en El Punto el año pasado–.
Ignacio Frausto Ojeda, coordinador del Festival del Sol, explicó que el hecho de que ese lugar haya quedado como un “centro espiritual” lo convierte en el escenario perfecto para llevar a cabo esta purificación.
“Cada año se entrega una ofrenda que la traen diferentes delegaciones nativas. Ahora vamos a recibir la de los quechuas de la región andina. Este centro abraza a todas las creencias, todo lo que tiene que ver con el espíritu”, comentó el arquitecto, catedrático de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
De acuerdo con Frausto Ojeda, el plan era que este año vinieran representantes de esa comunidad, pero, ante la imposibilidad de que llegaran, los huicholes y mazahuas ocuparon ese lugar y realizaron la ceremonia.
Para Luis, hacer estos rituales es importante para preservar la memoria de las diferentes comunidades indígenas, sus tradiciones y su cultura.
“Para no olvidarlo, tratamos de rescatarlo de lo que nuestros ancestros nos enseñaron. Esto se trata de que año con año recibimos energía espiritualmente. Es muy importante porque se ha venido llevando a cabo desde hace siglos”, dijo.
El hombre sostiene que en este ejercicio de reflexión poco o nada importa la religión de quien participe en él, pues lo único que trasciende es el objetivo común de pedir el bienestar de toda una ciudad.
“Pedimos a Dios, a todos los integrantes de los poderes que hay en la Tierra, en el Cielo, salud para los enfermos, solución a los problemas de cada familia, fin a la violencia. Tratamos de pedir por el bien de la gente y por el nuestro”, indicó. (Fernando Aguilar/El Diario)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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