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La Reserva actúa; trabajadores en México sufren

The New York Times

2017-03-17

Ciudad Juárez— Francisca Hervis Reyes y su familia han perseverado en la frontera, trabajando en fábricas situadas a más de 2 mil kilómetros (mil 300 millas) de su ciudad natal. Se quedaron incluso cuando la fatal guerra entre los cárteles de la droga convirtió a esta ciudad en una de las más peligrosas del planeta.
Pero quizá no soporten las cambiantes predilecciones de la Reserva Federal.
A Hervis le pagan en pesos mexicanos, moneda que ha estado perdiendo valor conforme la Reserva, el Banco Central de Estados Unidos, ha dado indicios de tener planes de elevar el presente año las tasas de interés. En el árido terreno al sur de la frontera con Estados Unidos, los precios de los alimentos y otras necesidades se basan en el dólar, cuyo valor ha estado subiendo. Es como si la Reserva hubiera reducido el salario de Hervis.
Igual que otros millones de personas desde el suroriente de Asia hasta África y Latinoamérica, Hervis y su familia están absorbiendo las consecuencias del cambio mayor que se desarrolla en la economía global.
Al subir el miércoles la Reserva las tasas, intensificó el impulso en el ya continuo flujo de capital que ha estado abandonando los mercados emergentes para dirigirse a territorio estadounidense. Con los incrementos adicionales que se espera realice la Reserva este año, los países en desarrollo se preparan para nuevos impactos: más salidas de inversiones, más monedas depreciándose, más economías que se debilitan.
Por mandato, la Reserva es responsable ante el pueblo de Estados Unidos. 
Cuando los tiempos son difíciles y las empresas se rehúsan a contratar, la Reserva ofrece más dinero bajando los índices de interés. Cuando los tiempos son buenos y lo que inquieta son los precios altos, enfría las cosas elevando las tasas y dificultando el crédito.
Pero en realidad, la Reserva constituye el Banco Central del mundo entero.
El dólar es la divisa más utilizada como depósito de ahorros y en el comercio. Cuando la Reserva baja las tasas, vuelve menos atractivo el dólar, alentado a los inversionistas a buscar recompensas en otros lugares. Cuando la Reserva eleva los índices, los inversionistas cambian de velocidad, sacando el capital y vendiendo otras divisas.
En México, las familias se ven afectadas con una moneda volátil que ya se había debilitado a raíz de las amenazas del presidente Trump de gravar productos procedentes de la frontera.
“Cada vez que baja el peso, nos alcanza menos y menos”, dijo Hervis recientemente, mientras la pálida luz desértica daba paso a una helada oscuridad. “Estamos pensando en regresar a Veracruz. La gente está dejando las fábricas y regresando a sus hogares”.
Las fuerzas de la Reserva pueden ser traumáticas, especialmente en los lugares con menor poder de compra.
Cuando tuvo lugar en el 2008 la crisis financiera, el Banco Central tomó medidas extraordinarias destinadas a mantener el crédito fluyendo. El resultado fue una ola de inversiones en los mercados emergentes.
Al año siguiente más de 259 mil millones de dólares fueron a dar a los países en vías de desarrollo, de acuerdo con el Instituto de Finanzas Internacionales. Entre el 2010 y el 2015, los flujos anuales de capital hacia dichos lugares promediaron 328 mil millones.
Durante la primavera del 2013, la Reserva sorprendió a los mercados con planes de frenar sus estímulos. Entonces los inversionistas salieron en estampida de los países emergentes, haciendo desplomarse las divisas en Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía.
“El efecto en los países emergentes de los aumentos en las tasas de interés es sorprendentemente fuerte”, dijo Gary Clyde Hufbauer, experto en comercio internacional del Instituto Peterson para la Economía Internacional. “Es algo importante”.
La mayoría de los economistas suponen que los efectos de los incrementos previstos para este año serán mucho menos dramáticos. La Reserva ha anunciado sus planes, dando a los inversionistas tiempos para prepararse. Numerosos países emergentes han amasado grandes reservas de dólares, lo cual les brinda una herramienta contra la caída en las divisas.
Sin embargo, algunos países ya están registrando presiones.
La moneda de Turquía se ha depreciado aproximadamente 25 por ciento desde mayo en su valor en dólares, mientras que su gobierno está operando con reservas relativamente reducidas. El peso mexicano ha estado cayendo conforme Trump ha amenazado renegociar el Tratado de Libre Comercio. El jueves China reaccionó con presteza a la medida de la Reserva aumentado sus propias tasas de interés.
En el mundo de las inversiones, el peso funciona como representante de todos los países en desarrollo –contra lo que hay que apostar cuando el estado anímico es negativo−. “Es como la primera llamada para cualquiera que piense que va a ocurrir algo malo en los mercados emergentes”, dijo Mark Weisbrot, director en Washington en el Centro para Investigación Económica y sobre Políticas. “México se encuentra vulnerable”.

En Ciudad Juárez, Francisca Hervis Reyes no tiene forma de reducir sus costos, más allá de poner menos comida en la mesa. 
Nacida en el sur mexicano, donde sus padres eran agricultores, hace casi tres décadas se dirigió al Norte, al lado mexicano del río Bravo, en busca de progresar. En la frontera abundaban las maquiladoras. Pronto, el TLC traería más.
Hervis, de 47 años, empezó haciendo tapicería para asientos de automóviles. Con su salario adquiría fruta fresca y carne. Contrató una niñera que cuidara a sus tres hijas.
Hoy en día, Hervis hace partes de transmisiones automotrices, percibiendo 162 pesos diarios, unos 8.40 dólares. Su esposo gana 149 diarios –como 7.75 dólares− haciendo fusibles para cajas eléctricas.
Pero ahora que en el transcurso de los últimos cinco años el peso ha perdido aproximadamente 25 por ciento de su valor, su estándar de vida se ha deteriorado.
A lo ancho de México, el débil peso ha provocado aumentos en los precios de todo, desde automóviles, hasta gas doméstico y tortillas. En febrero, los precios estaban incrementándose a un ritmo anualizado de casi cinco por ciento, el índice de inflación más alto registrado en México en los últimos siete años.
El Banco de México ha estado elevando en forma sostenida las tasas con el fin de proteger su divisa ante la posible guerra comercial con Estados Unidos. Al añadir presión la Reserva, numerosos analistas esperan que este mes el banco central mexicano lleve a cabo un nuevo incremento en los índices de interés.
El precio del pollo, la carne y las verduras ha aumentado, mientras que muchos de estos productos se importan de Estados Unidos. La familia de Hervis subsiste a base de frijoles y pasta.
La mujer señaló una bodega situada frente a su casa. “Los huevos cuestan el doble de hace seis meses”, dijo. “Hemos estado comprando menos”.
Hervis solía mandar dinero a su familia en Veracruz, donde tiene una hermana ciega. Ya no.
En el interior de la vivienda de block que comparte con su esposo, sus tres hijas y tres nietos, el techo está manchado por goteras. Las ventanas se hallan tapadas con tablas sostenidas con cinta adhesiva, rotas por una riña a pedradas entre pandillas.
Preparándose para compartir la única cama tamaño “queen”, acostándose de lado a fin de aprovechar al máximo el espacio, la familia no contaba con calentón para mitigar la temperatura de 6 grados centígrados (44 Fahrenheit).
“Nos ponemos cobijas”, dijo Hervis, “y el cariño que tenemos”.

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