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Alarman irrupciones en casas para asesinar

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2017-03-10

El asesinato de una pareja a unos cuantos metros de su casa obligó a Miguel y María a permanecer dentro su hogar la mayor parte de la mañana. Sus hijas tampoco salieron al jardín como acostumbran.

“En tu propia casa. Te matan en tu cuarto o tu sala”, dice indignado el padre de familia, obrero de maquila en el segundo turno y quien radica a unos metros de la vivienda donde fue victimado el matrimonio conformado por Óscar Valenzuela Hernández y María Teresa Sifuentes.
El doble crimen ocurrió el jueves a las 14:30 horas dentro de la vivienda número 1806 de la calle Portal de Caoba y Puerto Anzio del fraccionamiento Portal del Roble, en el suroriente de la ciudad.
La pareja estaba al cuidado de su nieto de 4 años, testigo del crimen y a quien los sicarios le perdonaron la vida al dejarlo dentro de la casa con los cuerpos de sus abuelos.
“Rafita” fue asegurado primero por unos vecinos y después entregado a sus padres que laboraban en la maquila cuando fueron avisados del doble crimen.
A unos cuantos kilómetros de esta vivienda, donde aún se observan los juguetes de “Rafita” afuera de la casa de sus abuelos, los vecinos del fraccionamiento Senderos de San Isidro urgieron a las autoridades municipales reforzar la vigilancia.
“Hay muy poco patrullaje y la zona es muy insegura por la falta de alumbrado público”, dice Jorge, quien se encuentra acompañado de su esposa e hijas.
A un lado de su hogar fue acribillado José Luis Reyes Venses, de 17 años y quien recientemente llegó a vivir a la casa número 2104, que había sido recuperada del abandono y revendida.
“Cómo no tener miedo cuando están matando dentro de las propias casas”, cuestiona Jorge, quien reprobó la inseguridad que, afirma, prevalece principalmente al suroriente de la ciudad.
Por miedo, Miguel y María hablan detrás de la ventana de la sala de su casa que carece de  enrejado.
“Hasta en tu casa te sientes vulnerable. Eso de que Juárez es una ciudad segura es pura mentira, nunca lo fue y no lo es ahora cuando matan a tus vecinos en su casa y en pleno día”, agrega indignado Miguel, quien tiene poco menos del año en la casa ubicada en la calle Portal de Caoba.
De sus vecinos asesinados dice que “eran buenas personas”.
“El señor era obrero y la señora ama de casa y ninguno de ellos vende cristal”, adelanta el padre de familia, al referir que luego la autoridad investigadora va a decir que los mataron por “cristaleros”.
Miguel refiere que era común que sus hijas, en edades de los 3 a 5 años, jugaran con “Rafita” por las tardes.
“Aquí tenemos muchos problemas de inseguridad, no hay vigilancia y cuando se mete el sol nos quedamos a oscuras por la falta de alumbrado público, la zona es insegura”, interviene María.
Ambos padres de familia no están convencidos de que la solución al problema de inseguridad sea con un mayor patrullaje, pues en esta zona son conocidos los abusos que cometen los agentes, principalmente con los jóvenes, afirman.
“Aquí matan a una persona y parece que matan a un perro, nomás levantan el cuerpo y ya, no pasa nada”, agrega el indignado vecino.

Sin organización vecinal

En Senderos de San Isidro los vecinos refieren que las casas abandonadas eran el principal problema de inseguridad, pero han cambiado de parecer desde que las casas empezaron a ocuparse y llegaron nuevos residentes, a quienes no conocen.
Uno de esos nuevos vecinos era José Luis Reyes Venses, de 17 años, quien recientemente llegó a la casa 2104 de la calle Sendero de Cañalejas cruce con Sendero de Camponames y la noche del jueves fue acribillado.
Jorge y su esposa coinciden al decir que se hace necesaria la organización vecinal como una medida para prevenir el delito, pero son pocos los vecinos que quieren trabajar por su colonia y no cuentan con el apoyo de la autoridad municipal, como sería la Policía Comunitaria.

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