Fernando Aguilar/
El Diario
Kevin Gerardo, el niño de 11 años que fue baleado por hombres armados mientras descansaba en su recámara, continúa grave pero estable en un hospital de la ciudad, informaron sus familiares.
Aunque ellos prefirieron no proporcionar más información al respecto y no hacer declaraciones públicas, personal de la clínica donde el menor se recupera de los impactos de bala señaló que lo valoran especialistas en pediatría, ortopedia y cirugía general.
Mientras tanto, la Mesa de Seguridad y Justicia y organizaciones de la sociedad civil que trabajan por los derechos de los menores condenaron el ataque y urgieron a las autoridades a enfocar sus esfuerzos en crear políticas públicas para la atención de este sector poblacional.
Catalina Castillo Castañeda, titular de la Red por la Infancia en Juárez, consideró que este caso trae a colación el hecho de que Chihuahua no tiene un órgano que haga valer la ley que existe en el estado sobre la protección de infantes.
“Es la punta del iceberg de la ausencia de políticas públicas y poca gobernabilidad que tenemos en la ciudad”, señaló.
Desde el punto de vista de la socióloga, quien también dirige la Organización Popular Independiente (OPI), esta situación llama a que las fuerzas sociales y empresariales discutan juntas sobre qué forma es la más idónea para que en la agenda de seguridad ocupe un lugar prioritario la población infantil.
Para Mariana Loya, directora de Techo Comunitario, una agrupación que ofrece a los menores programas de actividades para después de clases y servicios de guardería, esta clase de hechos violentos hacen evocar el período más crítico de la violencia, cuando mucho menos se garantizaban las condiciones mínimas de seguridad para la infancia.
“Claramente hay una ausencia de condiciones. Ya tenemos de por sí una violencia estructural en donde muchos niños quedan violentados en sus derechos de acceso a la salud, educación. Verlos vulnerados en este aspecto nos pone en una situación más difícil”, dijo la psicóloga.