Local

División de Corte Suprema abre esperanza a madre

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-02-22

Una sensación de alivio envolvió a Guadalupe Güereca cuando se enteró de que, a miles de kilómetros de distancia, cuatro de ocho jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos deliberaron a favor suyo en el caso que le quita las energías desde hace siete años. 
El hecho de que el máximo órgano judicial de esa nación esté dividido respecto a si la familia mexicana tiene el derecho o no de demandar al agresor de su hijo Sergio Adrián Hernández le hizo convencerse de que, en sus palabras, la justicia llegará.
Analizado el martes, el caso del adolescente asesinado por un oficial de la Patrulla Fronteriza en 2010 empató las posturas de los cuatro jueces demócratas y los cuatro republicanos, por lo que una segunda audiencia, con un noveno juez presente, arrojará en los siguientes meses un resultado definitivo.
Guadalupe Güereca no pudo estar presente en Washington, pero ha conocido la discusión a través de su abogado y desde esa perspectiva afirma sentirse reconfortada tan sólo porque la mitad del tribunal apoya esta diligencia.
“Sé que va a ser demasiado largo; ya me habían dicho que iba a durar tiempo. Yo ya lo había dado por perdido porque ya lo habían desechado, pero él (el abogado) siguió en la lucha y gracias a Dios y a esas cuatro personas (los jueces) se volvió a reabrir. Todavía tengo la esperanza de que ganemos”, dijo.
Desde una perspectiva humana, el largo proceso judicial ha desgastado a la mujer, que ha encontrado en escuchar los testimonios de otras personas que han sufrido situaciones similares un paliativo a esta fatiga.
Estas historias las ha escuchado al interior de la Red de Víctimas de la Patrulla Fronteriza, una agrupación que ha mostrado un especial interés en el asesinato de Sergio Adrián Hernández Güereca, ocurrido el lunes 7 de junio de 2010 unos minutos antes de las 7 de la tarde.
Una muestra de tal apoyo queda consignada en el perfil de Facebook de la Red, donde una serie de mensajes y enlaces compartidos mantienen viva la misma lucha de Guadalupe.
La mujer habita en el poniente de la ciudad, pero constantemente viaja a Nogales, Tijuana y otras localidades para reunirse con ellos.
“Uno se siente impotente de no poder lograr lo que uno anda haciendo”, señaló unos días antes de la sesión de la Corte. “Me siento a veces como si ya todo hubiera acabado, como si esa persona hubiera quedado libre. Pero yo espero en mi Dios que todo salga bien; le pido a él que me ayude para lograr que se haga justicia”.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

X