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Tras incendio quedan en la ruina

Karen Cano
El Diario

2017-02-19

Entre ruinas, millones de pesos en mercancía perdida y un nuevo conato de fuego, trabajadores afectados por el incendio suscitado el sábado en el Mercado de Abastos siguieron con sus labores la mañana de ayer.

“Mínimo perdimos un millón de pesos en fruta, la Coespris ya no nos deja venderla porque está ahumada; mucha era mercancía que se iba a mandar a Estados Unidos”, mencionó Reynaldo, trabajador de la Distribuidora Los Amigos, uno de los 11 negocios afectados por el siniestro.
Ramiro Reyes, dueño de tres bodegas ubicadas en la parte posterior del Centro Papayero –donde inició el fuego– y de Abarrotes Guma, estimó que los daños a su establecimiento ascienden por encima de los 3 millones de pesos.
“Mis bodegas nada más están ahumadas, pero perdimos todas las computadoras de las oficinas. Tan sólo de mango tenía unas 2 mil cajas, porque soy el que surte de mango a los Smart”, relató.
En total fueron 11 establecimientos que registraron afectaciones pero dos de ellos presentaron pérdidas totales: el Centro Papayero y Abarrotes Guma.
Ayer, alrededor de las 10 de la mañana, el encargado de unas bodegas afectadas descubrió que de entre las cenizas surgía de nuevo fuego, lo que reactivó la alerta entre los vendedores.
Inmediatamente llamaron a los bomberos, quienes llegaron en cuestión de minutos al sitio para controlar la situación, sin que se registraran afectaciones adicionales.
Al entrar al Mercado, aún se percibía un fuerte aroma a cartón y papel quemado; algunas áreas fueron delimitadas con cinta amarilla ante la posibilidad de un derrumbe en la estructura dañada, y el sol no había alcanzado a evaporar el agua que utilizaron en las labores para sofocar las llamas; jornada de más de 8 horas del sábado.
Reynaldo relató que el incendio se originó en el Centro Papayero, un negocio que queda a varios locales de distancia, justo en la esquina del ala “D”, sin embargo las llamas corrieron por el falso plafón, de tal manera que tuvo que ser cortado para impedir que se siguiera propagando.
Él y otros de sus compañeros llegaron al sitio a las 6 de la mañana para iniciar una jornada normal de trabajo, pero cuando vieron las llamas corrieron con los extintores para tratar de controlarlas.
Fue entonces cuando recordaron que el dueño del Centro Papayero maneja tanques de gas para la maduración de la fruta y empezaron a tronar las válvulas, por lo que decidieron salir corriendo.
“Se nos ahumó la papa, la cebolla, cosas que teníamos en la bodega. Como no hubo electricidad pues se apagaron los cuartos fríos y tuve que contratar cajas de tráiler para poder guardar ahí la comida y que no se nos echara a perder”, relató ayer mientras reunía la fruta que se tiraría a la basura, y reacomodaba la que permanecería en el inventario.
En algunos de sus videos que tomó con el celular, se puede apreciar la impresión de los mercaderes, así como sus esfuerzos por tratar de aportar algo a la acción de los bomberos. (Karen / El Diario)

kcano@redacciond.diario.com.mx

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