Alicia Fernández/
El Diario
Crecieron en los mismos barrios, incursionaron en la delincuencia y en la drogadicción, ya que eso es lo que su medio ambiente les ofrecía, pero luego de acudir a un programa de ayuda social, uno de ellos se ha vuelto un emprendedor y el otro busca seguirle los pasos.
Jorge Solís y Alberto García, de 27 y 29 años, manifiestan haber dado un giro a su vida, gracias al programa ofertado por la Fundación Comunitaria de la Frontera Norte.
Por su parte Jorge entró por un amigo y conoció el Programa Desafío, “el cual me ha ayudado con el taller de junior chef, en el cual he aprendido muchas cosas, con las cuales me puedo desarrollar ya sea con algún empleo que me genere un ingreso mayor que yo antes no tenía, gracias a esta puerta que se ha abierto”, expresó.
Dijo que al igual que a Alberto le gustaría emprender un negocio, ya que él estuvo en el taller de emprendimiento y ya armó su negocio.
Jorge proviene de la colonia Hacienda de las Torres, que está al suroriente, y Alberto, de la Kilómetro 27, a un costado de la carretera a Casas Grandes.
Por medio de un volante, Alberto se dio cuenta del programa y se comunicó con la facilitadora. “Este proyecto ha cambiado mi vida, me han abierto las puertas para terminar mi carrera, acabo de terminar mi carrera en electromecánico y ahora me brindan la oportunidad de emprender un negocio”.
En el taller de emprendimiento, Alberto empezó a vender galletas y artículos de temporada, la organización le brindó 500 pesos, cuya meta era que los invirtiera para obtener el doble. “Ellos nos fueron guiando para generar el negocio”.
Así lo hizo Alberto y con eso se ganó la oportunidad de que la fundación le brindara lo que llaman un capital semilla, en el que le brindaron herramientas para emprender un negocio de serigrafía.
“A mis 29 años, nunca pensé volver a estudiar, ya lo echaba en costal roto y la verdad se me hizo una experiencia muy bonita, revivir eso”, dijo.
Alberto tiene muy presente las etapas del programa, de la primera comenta que le ayudaron a reconsiderar los valores que reconoce haber perdido y en la segunda siguió con el estudio de una carrera técnica, la cual está por terminar y a su vez se incorporó al Programa de Emprendimiento.
“No era muy estable en los trabajos, trabajaba como operativo, estuve un poco descarrilado por los ambientes donde crecimos, venimos de barrios (refiriéndose a él y a Jorge), son muy violentos, barrios peligrosos, con esta oportunidad tenemos la opción de conocer gente buena que también tiene un sueño por qué luchar, no la gente que nada más está estancada en lo mismo”, aseguró.
Diana Chavarri, directora de la Fundación Comunitaria de la Frontera Norte, informó que esta organización busca generar una vida participativa y productiva para personas entre los 16 y 29 años, en situación de riesgo que no estudian y no trabajan, que tienen al menos la secundaria terminada y que viven en las colonias más violentas de la ciudad.
Mencionó que el programa se ocupa de buscarlos y convocarlos a través de facilitadores sociales que tienen bases comunitarias en los barrios y colonias en las que quieren incidir, expresó que existen alrededor de 25 mil personas en situación de vulnerabilidad.
Luego de la convocatoria se conforman grupos de unos 28 integrantes, en diferentes grupos, con personas que viven en zonas periféricas de este lado de la frontera, mencionó Chavarri.
Agregó que en una primera etapa por medio del deporte desarrollan las habilidades de comunicación, trabajo en equipo, enfoque de desarrollo, plan de vida, en donde buscan que se genere una reflexión colectiva de la forma en que se relacionan.
“Este es un programa de empleabilidad lo que buscamos es que los jóvenes pongan un negocio o consigan un empleo mejor remunerado o continúen con sus estudios”, dijo la directora.
Para tal objetivo los certifican y califican en habilidades técnicas especializadas, durante seis meses en escuelas como Cenaltec (Centro de Alta Tecnología), el Instituto Superior de Alta Cocina, el Instituto Celebrity o el Cast (Centros de Asistencia y Servicios Tecnológicos) y Conalep (Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica).
Asimismo los vinculan con empresas para que adquieran experiencia y puedan tener la oportunidad de aspirar a desarrollar sus conocimientos.
Además existe un módulo de Emprendimiento en el cual de 240 estudiantes de cada generación, alrededor del 40 de ellos se interesan en este, con lo que empiezan a generar sus ideas empresariales.
El programa es gratuito y al momento llevan 11 generaciones con alrededor de 2 mil 771 beneficiados, de estos, 55 han iniciado su propio negocio.
Este modelo de estudio es solventado con fondos de diversas organizaciones, gubernamentales y no gubernamentales, a quienes les invitan a participar y se dedican a brindar montos de dinero para este tipo de programas.
La Fundación entregó en días pasados ocho capitales semilla a emprendedores del programa Desafío, entre ellos a Alberto.
afernandez@redaccion.diario.com.mx
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