Cinthya Ávila/
El Diario
La zona Pronaf, que por años fue epicentro de la vida nocturna de la ciudad, agoniza hoy.
La migración de la clientela y las rentas en moneda estadounidense han ocasionado que haya cada vez más espacios disponibles para alquiler, mientras que los pocos negocios que quedan luchan para sobrevivir.
Cristina Cunningham Hidalgo, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), informó que en los últimos meses diferentes establecimientos han cerrado sus puertas y otros cambiado de concepto, en un intento por reinventarse y atraer nuevos consumidores.
Dijo que la vocación nocturna que caracterizó a las vialidades dentro del circuito se ha ido apagando poco a poco.
La avenida Lincoln es el punto donde hay mayor número de locales vacíos, algunos desde hace años y otros que se sumaron recientemente.
En un recorrido por dicha arteria se apreció que hay al menos 33 locales vacíos, entre restaurantes y centros nocturnos.
Mientras algunos mantienen parte de su infraestructura intacta, otros están desmantelados, con cristales rotos o convertidos en basureros.
Además de ello, en la zona Pronaf también ocurre el fenómeno de los traspasos y el cambio de concepto.
Por ejemplo, en el cruce entre Francisco Márquez e Ignacio Mejía hay lugares que ya cambiaron de nombre en por lo menos tres ocasiones, sin poder consolidar una identidad.
Cunningham Hidalgo comentó que la mayor parte de los consumidores migró al bulevar Gómez Morín cuando comenzó a cobrar auge en inversiones, mientras que en el Pronaf debían repartirse los pocos clientes que seguían acudiendo.
A esto se sumó la caída en el poder adquisitivo de la población, lo que merma la posibilidad de consumir fuera de casa.
El encarecimiento del dólar vino a complicar más la situación, al tener que destinar más recursos para el pago de la renta.
Un seguimiento del organismo indica que en ese sector el costo por arrendamiento alcanza hasta los 5 mil dólares mensuales, lo que hace que sea menos atractivo poner un negocio.
Todos estos factores han ocasionado que los propietarios no aguanten y opten por abandonar la zona, vender o traspasar las propiedades.
La líder de los restauranteros refirió que se está apostando a otra clase de giros, principalmente el dental, para darle otra cara al Pronaf.
De los que siguen en el sector, principalmente dedicados a comida, trabajadores manifiestan que hay poco movimiento incluso pese a la llegada de la Unidad Administrativa de Gobierno del Estado en el 2014.
Jorge García Gutiérrez, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), dijo que el Pronaf es el área donde la ocupación de bienes ha avanzado de manera más lenta.
Comentó que el gremio esperaba una reactivación con las oficinas de Gobierno del Estado en el edificio que ocupaba el Pueblito Mexicano, pero no sucedió.
El titular de Ampi coincidió en que hace falta promover otra clase de negocios en el circuito para reinventarlo.
cavila@redaccion.diario.com.mx