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Pacientes con cáncer… la doble batalla

Fernando Aguilar/
El Diario

2017-02-03

Un día de noviembre hace tres años, María Sanjuana advirtió que lo que le estaba sucediendo era anormal. Sufría intensos episodios de acidez y dolor abdominal. Había perdido 22 kilos sin quererlo, su apetito no era el mismo que antes y se notaba agotada la mayor parte del día.
Preocupada por estos síntomas y después de recibir lo que, asegura, fue un equivocado diagnóstico de gastritis en el sistema público de salud, la mujer visitó una clínica privada y en una semana se enteró de la verdad: sufría de cáncer gástrico, que estaba en la etapa cuatro.
El día que se lo dijeron, recuerda la empleada de maquiladora de 31 años, María Sanjuana se desvaneció. Fue así como comenzó a combatir al enemigo desde dos posiciones.
Ella luchaba contra el malestar físico que la carcomía paulatinamente, mientras, al mismo tiempo, hacía frente al dolor emocional que le arrebataba de momento toda ilusión de planificar el futuro con sus dos hijos pequeños.
Como esta mujer que poco a poco retorna a su plenitud, las personas que se enteran de que padecen algún tipo de cáncer tienen que encarar dos batallas, explica la tanatóloga Patricia César, que enseña a quienes reciben su tratamiento en la organización civil Aprocancer a lidiar con el duelo.
Información estadística de la Secretaría de Salud muestra que los cánceres más recurrentes entre la población de esta ciudad fronteriza son el de mama, el cervicouterino y el de colon.
A lo largo del año pasado, la dependencia confirmó aquí 83 nuevos casos del primer tipo y 16 del segundo, en tanto que en 2015, 77 y 7, respectivamente.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cada dos días se detecta un caso nuevo de cualquier clase en alguna de las clínicas y hospitales de la institución en la ciudad.
Además, según el Sistema Epidemiológico y Estadístico de las Defunciones (SEED) de la Secretaría de Salud, los tumores malignos –incluidos los relativos a mama, colon, recto, próstata, estómago, hígado y otros órganos– originaron aquí en 2016 la muerte de 781 personas, mientras que, en 2015, la de 783.
Todas estas cifras son importantes en el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha conmemorada hoy por varias naciones que ofrece la posibilidad de reflexionar sobre la prevención y la detección temprana, acciones fundamentales para detener la creciente prevalencia de esta enfermedad.
Por desgracia para María Sanjuana Tello Ramírez, ni una ni otra impidieron vivir angustiada al menos durante los nueve meses en los que ni idea tenía sobre su condición.
“Me dicen: ‘tienes cáncer en etapa final’, y pensé que todo había terminado”, cuenta con los ojos humedecidos. “No tuve noción de nada. Pero, ahora, sé que el cáncer no es muerte. Es vida, porque aprecias la vida día con día al despertar. Aprovechas tu tiempo y haces todo lo que tienes que hacer. No dejas nada para el mañana”.
Desde la perspectiva de la tanatóloga de Aprocáncer, la mayoría de las personas que se enteran de su diagnóstico sienten miedo al recibir la noticia porque no saben a qué se enfrentarán.
Su experiencia le ha permitido advertir que este dolor emocional puede ser incluso más desgastante que los propios síntomas de la enfermedad o que el tratamiento médico.
“Más que sus síntomas, es el miedo y la angustia. Mucha gente no quiere que los demás sepan que están enfermos para que no sientan lástima por ellos. Se voltea el término compasión por lástima. El vivir solitariamente y no comentar el problema en familia no es de mucha ayuda”, señala.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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