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Rompe Trump sueños de migrantes aquí

Karen Cano/
El Diario

2017-01-21

A Erick, de 23 años, originario de Honduras, le costó un mes de camino llegar a esta frontera. Ahora que por fin está aquí, su sueño de cruzar a Estados Unidos peligra ante el discurso antimigrante del presidente Donald Trump.
“No sabemos qué va a pasar. Tengo amigos que ya están allá y con los que no hablo desde hace dos semanas, ellos me dicen que me espere a ver qué sucede”, dice el padre de dos hijas, con quienes piensa regresar una vez que consiga cursar una carrera y hacerse de ahorros para ofrecerles una vida mejor.
De los 30 días que le llevó recorrer todo México hasta el norte tras salir de su país, al menos 15 fueron caminando, afirma el extranjero que desde hace una semana se hospeda en la Casa del Migrante de esta ciudad.
Mientras espera cruzar a Estados Unidos, detalla que su máxima ilusión es estudiar música en ese país.
“No me avergüenza decirlo, eso es lo que quiero hacer. Tampoco quiero quedarme acá, yo quiero regresar con mi familia, pero de otro modo, ya no puedo seguir en las mismas condiciones”, expresa.
En caso de no lograrlo, agrega, buscará la forma de instalarse en esta ciudad, terminar la secundaria y la preparatoria de manera abierta, y entonces regresar a Honduras.
Sus planes están frenados ante la política antiinmigrante de Trump, que ha amenazado con deportar hasta a 3 millones y construir un muro en la frontera con México.
En su trayecto a Estados Unidos, al igual que Erick, otro grupo de hondureños de entre 23 y 27 años, quedó varado en Camargo el viernes pasado.
El hambre, sed y cansancio venció a los migrantes y bajaron del tren de carga en la estación de esa ciudad, donde solicitaron el apoyo de las autoridades.
La unidad de Protección Civil los apoyó con alimentos y área de descanso en el albergue “El Peregrino”.
Activistas comprometidos con la situación de los migrantes en la frontera se encuentran a la expectativa.
“No tenemos idea de lo que pueda suceder, pero le haremos frente de algún modo”, dice Blanca Ramírez, administradora de la Casa del Migrante, que tan sólo en lo que va de este año ha recibido y hospedado a 600 personas, entre mexicanos, extranjeros y deportados.
Este recinto ubicado en Ciudad Juárez tiene 37 años de trabajo ininterrumpido y sobrevive con recursos de Gobierno, pero también con donativos de la comunidad.
“El Gobierno nos da dinero, una cuota al año que nos ayuda mucho, pero no es suficiente, ahí es donde nos apoya la gente, que nos trae donaciones en especie y es lo que nos hace fuertes”, comenta.
En el 2014, la Casa del Migrante resguardó a 6 mil 485 personas; en el 2015, a 7 mil 385 y en el 2016, a 4 mil 895.
Frente a la posibilidad de deportaciones masivas, a un grado de que las instalaciones sean insuficientes para albergarlos, se contempla la opción de usar como refugios parroquias y otros espacios a disposición de la Diócesis de Ciudad Juárez. (K. Cano / L. González / El Diario)

kcano@redaccion.diario.com.mx

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