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Muere en velorio de su hija y nietos

Maricela Morones/
El Diario

2017-01-16

La tragedia no termina para la familia Rodríguez Tovar. En pleno velorio, el padre de la mujer que murió en un incendio junto a sus cinco hijos, falleció.
José Ángel Rodríguez, de 66 años, comenzó a sentirse mal horas antes del entierro de su hija y nietos en el Panteón San Rafael, por lo que optó por recostarse en un sofá y fue entonces cuando le dio un paro cardiaco.
“No puede ser que esté pasando esto, una tragedia tras otra, no es justo que la vida los trate así”, lamentó una vecina que no pudo contener las lágrimas.
Aunque elementos de Rescate llegaron a la vivienda donde se llevaba a cabo el servicio fúnebre, ya no pudieron hacer nada... el padre de Brenda ya no contaba con signos vitales.
Ante la nueva desgracia, los gritos desgarradores retumbaron en la casa. Los familiares se observaban sorprendidos y sin saber qué hacer.
Brenda y sus hijos Edgar, Diego, Jaqueline, Iván y Brian, de 35, 18, 11, 10 y 5 años de edad, además del bebé de 7 meses, perdieron la vida en un incendio la madrugada del 8 de enero.
Su hogar, ubicado en la calle Monte Reinier del fraccionamiento Parajes de San Juan, quedó envuelto en llamas por un cortocircuito que se generó en la habitación.
Edgar, el mayor de los hijos, estaba afuera de la casa con sus amigos cuando se dio cuenta del siniestro. Intentó rescatar a su familia e ingresó a la casa, pero no salió con vida.
En punto de las 2 de la tarde, de la casa donde se llevó a cabo el velorio salieron ayer cuatro carrozas con los seis cuerpos, rumbo al Panteón San Rafael.
Detrás de ellos iban decenas de vehículos y un camión de transporte de personal prestado por las autoridades municipales, repleto de allegados a la familia.
Uno a uno los automóviles llegaron al camposanto. Primero bajaron a Edgar, luego a Brenda, Jaqueline, Diego, Brian y al final a Iván.
El dolor, la tristeza y las lágrimas no tardaron en llegar. Un grupo de adolescentes platicaba sobre la alegría con la que Edgar vivía, a pesar de la precariedad de su hogar.
“Él era feliz, amable, tranquilo y siempre que alguien necesitaba algo estaba dispuesto ayudar. Estuvo tan dispuesto que perdió la vida tratando de salvar a su mamá y a sus hermanitos”, recordaron.
María Juventina Tovar, madre de Brenda, abuela de los cinco menores y esposa de José Ángel, ahora fallecido, se dijo incrédula ante tantas pérdidas.
“No sé qué voy hacer, se fueron siete miembros de mi familia de un solo golpe, de verdad que todavía no lo puedo creer”, expresó la mujer, quien lucía cansada y con la mirada ausente.
Al pie de las fosas llegaron dos músicos que interpretaron varias canciones para despedir a la familia.
Edgar y Brenda quedaron en la misma fosa. Sus parientes se acercaron a dejar un puño de tierra y algunas flores.
En la segunda fueron depositados los cuerpos de Jaqueline e Iván. En la última quedó Diego y el pequeño Brian.
“Luego de una semana en el Servicio Médico Forense, de todos los trámites, de todo el dolor, ya por fin están descansando mi hija y mis niños”, dijo María Juventina.
Ahora debe encarar todo de nuevo y preparar el funeral para su esposo. (Maricela Morones/ El Diario)

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