Fernando Aguilar/
El Diario
Una fuga de agua potable mantiene inundada una amplia zona de la avenida De las Américas desde hace 15 días, se quejaron vecinos de la calle Efrén Ornelas quienes aseguraron que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) no acude a repararla.
La situación causó mayor enojo ante el anuncio de un incremento en las tarifas.
El cristalino chorro brota del asfalto, unos metros al norte de la calle Cholula; emana de un registro de agua potable y se desplaza hasta desembocar en una alcantarilla localizada a unos 60 metros al norte.
“Tiene 15 días saliendo el agua limpia”, afirmó Manuel Portugal, quien vive donde se origina el problema. “Se les habla y se les habla. El pavimento ya está todo quebrado con tanta humedad. Uno trata de tener medio limpio aquí, pero no se puede. Hablamos varios, pero no vienen. Y es una lástima, porque es agua potable”.
El Diario contactó a Corazón Díaz, vocera del organismo descentralizado, para solicitar una versión oficial sobre este asunto, pero sólo afirmó haber remitido el reporte al departamento de Agua Potable, pero no precisó si la fuga provenía de la red general o de alguna toma en concreto.
El punto se localiza detrás de un hotel a menos de cincuenta metros de la Unidad Administrativa José María Morelos y Pavón, la sede del Gobierno del Estado en esta frontera.
Para Carmen Meraz, una mujer que trabaja en la zona, lo más grave es “la indolencia” de la autoridad ante un problema que requiere atención y solución inmediata.
“Está muy mal porque se está desperdiciando mucha agua. Afecta mucho, aparte de que el agua va a subir. ¿Cuántos litros no se habrán tirado ya? La gente reporta, pero no hacen caso. Y está mal porque todo está subiendo, pero eso sí (la fuga) no lo vienen a ver”, dijo indignada.
Aunque no es el caso, en otras ocasiones, fugas como esta incluso han dejado sin abasto de agua a la gente que vive en las inmediaciones.
A mediados de diciembre, unas 20 familias de la colonia Melchor Ocampo dejaron de contar con el suministro durante cuatro días como producto de una filtración que se presentó en una red subterránea de más de 40 años de antigüedad.
Esa vez, los colonos también se quejaron públicamente de que la JMAS demoró en atender el reporte, lo que los obligó a acarrear el líquido en cubetas desde otras casas. (Fernando Aguilar / El Diario)
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