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El Diario
La salida de los niños del colegio Cristóbal Colón fue apresurada. Los padres cruzaban la calle casi corriendo con sus hijos para buscar refugio, mientras automovilistas que circulaban por el bulevar Óscar Flores Sánchez aceleraban para retirarse lo más rápido posible del negocio de lavado de autos “Pillo”.
De un vehículo dos hombres dispararon en más de 12 ocasiones contra los empleados del negocio.
Uno recibió un tiro en la pierna y dejó rastros de sangre en su intento por correr y salvarse. Otro más corrió herido y buscó refugio en una casa donde fue localizado por los paramédicos que lo atendieron.
Gabriel, de 17 años, resultó herido en el cuello, pecho y una mano, por lo que salió corriendo y se refugió en una casa de la calle Sierra Madre del Sur, a media cuadra del lugar del ataque.
Dos empleados más del negocio lograron escapar de las balas. Un vehículo en venta recibió varios impactos de bala y a lado de la unidad se observaba el rastro hemático que dejó uno de los trabajadores.
Ya en la ambulancia los lesionados se enfrentaron al dilema de la falta de cupo en el Hospital General y los paramédicos urgían a la base de radio encontrar lugar para los heridos, que finalmente fueron admitidos en un hospital del Seguro Social.
Una ambulancia de URGE que acudía en atención al llamado de auxilio fue impactada por un camión de la Línea 1-A, en Óscar Flores y Teófilo Borunda, cuyo chofer omitió ceder el paso al vehículo de emergencia.
Cerca del car wash hay un gimnasio, una tienda de pinturas, un depósito de venta de cerveza, un bar, y otros negocios que tienen pocos meses de abrir sus puertas, tan nuevos que sus paredes carecen de graffiti.
En el lugar los policías ministeriales filtraron a los representantes de los medios de comunicación que el (probable) móvil del ataque era la venta de drogas al menudeo.
Esta vialidad fue una de las más afectadas en la peor época de la violencia en Ciudad Juárez, por años los locales vacíos daban el aspecto fantasmal.