Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera logró escapar la madrugada de hoy del Cefereso 9, hecho que generó una intensa movilización de elementos de todas las corporaciones policiacas y del Ejército Mexicano, que mantiene a la ciudad sitiada en un afán por recapturarlo.
Esta es la tercera vez que el narcotraficante se fuga de un reclusorio mexicano, la primera vez fue en enero del 2001, luego del julio del 2015 y ahora, diciembre del 2016.
Lo primeros datos que fueron filtrados a la prensa, ya que las autoridades mantienen un férreo hermetismo en torno al hecho, indican que el procesado logró llegar hasta una ventana, ató una cobija a las rejas y descendió para luego correr y subirse a un helicóptero que lo esperaba dentro del perímetro del penal.
Todavía se desconoce si la nave pertenece a la Policía Federal (PF), ya que estaba pintada con los colores blanco y negro característicos de esa corporación, o bien si fue “disfrazado” con insignias oficiales para lograr burlar los controles de vigilancia.
Durante las horas posteriores al escape se observó el patrullaje intenso terrestre y aéreo con unidades tanto de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), de la PF y de la Policía Estatal (PE), que fueron respaldadas por las de la Fiscalía General del Estado (FGE) y unidades militares.
A la búsqueda se unieron también aeronaves de apoyo de la PF que estaban en el aeropuerto.
Las primeras sospechas surgieron cuando el helicóptero dio dos vueltas en torno al Cefereso 9, ubicado en el kilómetro 33 de la carretera Panamericana, en la salida sur de la ciudad, y enfiló rumbo al oriente, cuando usualmente sobrevuelan al norte, rumbo al aeropuerto.
Cuando los custodios se percataron de ese hecho inusual, de inmediato comenzaron a preguntar acerca del movimiento, minutos después se dio la voz de alarma y comenzó la movilización al comprobar que Joaquín Guzmán ya no estaba en su celda, dijeron personas que trabajan con las corporaciones policiacas que pidieron el anonimato.
Todavía se desconoce si personal que estaba encargado de la vigilancia de Guzmán Loera resultó herido o muerto, pero no se reportó el disparo de armas de fuego ni se observó la llegada de ambulancias al penal federal.
La evasión ocurrió a pesar de que “El Chapo” estaba aislado y era vigilado las 24 horas por personal que no lo perdía de vista de forma directa; además, se contaba con cámaras de video que lo seguían hasta el baño, expusieron sus defensores en entrevistas pasadas.
“El Chapo” fue internado en el Cefereso 9 el pasado 7 de mayo, desde entonces se instalaron filtros de seguridad en la entrada y salida del reclusorio, además se implementaron “barridos” de vigilancia de parte de las fuerzas federales a lo largo de varios kilómetros al sur de Ciudad Juárez, sobre la carretera Panamericana.
Guzmán Loera fue detenido por primera vez el 9 de junio de 1993 en la frontera de Guatemala y México, fue trasladado al penal federal de El Altiplano y posteriormente al de Puente Grande, Jalisco, donde permaneció hasta el 19 de enero del 2001, cuando se escapó usando un carro de lavandería.
Fue recapturado el 22 de febrero del 2014 en un edificio de Mazatlán, Sinaloa, pero se fugó el 11 de julio del 2015 del Altiplano a través de un túnel.
Luego lo reaprehendieron el 8 de enero de este año en una operación conjunta de autoridades mexicanas, para fugarse esta madrugada del Cefereso 9 de Ciudad Juárez.
Aunque al sitio acudieron jefes policiacos de todas las corporaciones, ninguno quiso hablar sobre lo sucedido.
Sólo se alcanzó a escuchar cuando en el exterior del penal el fiscal general del estado, César Augusto Peniche Carbajal, le gritó enfadado al actual secretario de Seguridad Pública del Municipio y exfiscal, Jorge González Nicolás: “inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día en nadie debes confiar”.