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Lectores de El Diario hacen realidad anhelos de familias

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-12-24
La Navidad llegó y gracias al espíritu de solidaridad de los lectores de El Diario, a su sensibilidad y empatía, 20 familias la vivieron de una manera diferente.
Durante veinte días, sus rutinas fueron conocidas a través de las Historias de Navidad, una serie de relatos publicados en el periódico impreso y en un micrositio especial en la página de Internet.
Una cada día desde el 1 de diciembre, escritas con el propósito de retratar sus duras realidades y ayudarles a través de un regalo a mitigar sus necesidades y celebrar estas fiestas decembrinas.
Como resultado, la ayuda llegó ‘a montones’ hasta de Suiza y cada uno de los protagonistas de las historias agradeció de corazón a quienes hicieron posible que ellos vivieran una Navidad completamente distinta.
De Juárez se recibieron 355 correos electrónicos de personas que preguntaban detalles sobre alguna en particular. Al mismo tiempo se recibieron más de 400 llamadas telefónicas desde ciudades tan cercanas como El Paso hasta puntos tan remotos como Suiza.
La respuesta fue enorme y provino no sólo de esta frontera, sino de latitudes como El Paso, Chihuahua, Monterrey, Idaho, Kansas, Chicago, Midland y Denver. Desde estos sitios les mandaron a todos una suma en efectivo.
Aquí, una mujer que celebraba 70 años de vida les pidió como regalo a igual número de invitados cooperar dinero para comprar alimentos para todas las familias posibles.
Un empresario ofreció llevar un camión repleto de leña para los niños de un albergue. Distintas dependencias gubernamentales apoyaron la causa y los empleados de una maquiladora, vestidos de Santa Claus, llevaron juguetes a unos menores.
Según el número de llamadas y de artículos contabilizados, las tres historias que despertaron una mayor empatía entre los seguidores fueron la de Rosendo y su hijo José Ramón, la de las pequeñas hermanas Quiroz y la de la casa hogar infantil que fundó Pedro Martín Núñez después de haber vivido una vida de delincuencia y excesos.
La primera relataba cómo un hombre de 81 años y su hijo de 50 pasarían la Navidad solos en una casa llena de escasez. Los lectores quedaron tan asombrados por la situación en la que se hallaban ambos que, desde el primer día, les hicieron llegar una increíble cantidad de despensa, una televisión, una cama, algunos muebles, cobijas y chamarras que no estrenaban desde hacía varios inviernos.
Además, unas mujeres se organizaron para ir a limpiarles la vivienda e, instruidos por el presidente municipal, Armando Cabada Alvídrez, empleados del Gobierno local les cortaron el cabello y la barba.
La segunda historia más popular versaba sobre el trágico episodio que Esmeralda y Michelle vivieron cuando su padre asesinó a la madre de ambas de un disparo en la cabeza, cuando la primera era tan sólo una bebé recién nacida y la segunda, una niña de 4 años.
Su caso atrajo propuestas de personas y empresarios que deseaban reconstruir la casa de sus abuelos, donde ahora viven. También les hizo llegar bicicletas y despensas.
Además, un diputado estatal, una agente de la Policía Municipal y el equipo del presidente municipal manifestaron su interés en ayudarlas tras leer sobre ellas.
El tercer relato que más emocionó fue el de Pedro, un hombre que creció en el seno de la violencia y el crimen, el mismo que se ganó la admiración de los lectores debido a la noble causa que ahora sostiene.
Su labor como fundador de la Casa Hogar Manantial de la Luz lo hizo recibir, para sus 23 niños y adolescentes, una importante cantidad de triciclos, muñecas, carritos, balones y kilos de leña.
No sólo eso: su casa albergó una emotiva posada organizada por lectores para darles a los menores hamburguesas y más regalos.
La solidaridad también abrigó con ímpetu a la familia de Juana Enríquez, una mujer de 50 años que cuida a sus cuatro hijos, de los cuales tres padecen una discapacidad mental.
A ellos les tocó un regalo que no esperaban recibir: una casa nueva que comenzó a ser construida tan pronto como los lectores se enteraron de lo difícil que les resultaba pasar los días en la vivienda de madera y cartón, de suelo de tierra y techo de lámina, localizada en la colonia Adolfo López Mateos, en el poniente de la ciudad.
Los protagonistas de los otros 16 relatos también se llevaron grandes sorpresas en Navidad. Por ejemplo, José Martínez, el niño que le pidió a Santa que lo ayudara para no dejar la escuela, cumplió su deseo de comer carne. Dos lectores le obsequiaron kilos de ese alimento.
La familia Vázquez Suárez, los veracruzanos que salieron de su tierra en busca de oportunidades, ahora tienen zapatos y cobijas. Están tan emocionados por lo que recibieron que no podían asimilarlo apenas veían la caja repleta de obsequios.
“¡No esperábamos que nos llegara tanto!”, contó Nayeli Suárez el día en que El Diario la visitó para entregarle lo recolectado. “Han venido nueve familias a traernos una despensita. Hubo una que nos trajo una despensa y comida preparada. Todos los abrigos que nos ven, todos nos los han estado trayendo. Para los niños, es ahora sí que la mejor Navidad que han tenido”.
Los que también se sienten felices son los seis niños Ibarra Montelongo. Ellos anhelaban jugar con plastilina y por fin pudieron hacerlo. Decenas de personas se acercaron a su casa para llevarles regalos. El equipo de trabajo del alcalde y la escuadra de futbol de tercera división profesional Soles contribuyeron a hacerlos sonreír al obsequiarles juguetes y comprometerse a reparar el techo de la habitación en la que viven.
Cada una de las narraciones presentadas como parte de la serie de Historias de Navidad impactó de uno u otro modo en el corazón de las personas. Tanto, que, este año, una tendencia fue que muchas decidieron visitar personalmente a los actores de estos dramas.
En todos los casos, las familias agradecieron de manera muy profunda a los lectores por haberse tomado el tiempo de conocerlos a través de esta tradicional campaña, que lleva más de una década conectando realidades que pueden llegar a ser muy distantes entre sí.
“Les doy muchas gracias por todo lo que nos han dado”, dijo Adriana Monserrat, la hija de la costurera Carmen, cuando el jueves recibió sus presentes. “Realmente nos van a ayudar a pasar una mejor Navidad”. (Fernando Aguilar / El Diario)

 

 

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