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Arman posada en comedor infantil

Maricela Morones/
El Diario

2016-12-20

Con la colaboración de la comunidad, Martina Huerta Flores logra ofrecer alimentos a poco más de 60 niños de escasos recursos.

Ayer, paramédicos de la Cruz Roja y una empleada jubilada de Tránsito Municipal llevaron lo necesario para una posada.
Entre dulces, regalos, pastel y piñatas los menores olvidaron las dificultades que enfrentan en sus hogares.
Huerta Flores dijo que da de comer a niños que han sido abandonados o abusados por personas allegadas, también a hijos de mujeres desaparecidas e infantes con discapacidad.
Lleva más de seis años en dicha labor y ha logrado alimentar a decenas de menores de la zona, algunas personas de la tercera edad y en la temporada invernal recibe a indigentes.
“Cuando hace mucho frío si los municipales encuentran en el área algún vagabundo me lo traen y aquí lo duermo, le ofrecemos comida y un cafecito caliente”, dice la mujer.
En un cuarto de apenas seis metros cuadrados aproximadamente logra alimentar a todo aquel que lo necesita. Ha conocido casos en donde el sustento del hogar enfermó de cáncer, dejaron de trabajar y se acumularon los problemas económicos.
El comedor está en la calle Solidaridad casi con José Reyes Estrada de la colonia Colinas. Las tumbas de un panteón colindante son el único espacio recreativo para los infantes.
Algunas de las vecinas apoyan en la realización de los platillos, con gran dificultad han logrado asignar labores, ya que carecen de los muebles básicos; requieren una tina para lavar los platos, mesas y sillas para poder continuar
“Yo empecé dándole de comer a la gente con el poco mandado que tenía, luego vi que la necesidad era tanta que me movilicé para buscar más ayuda”, dice Martina.
En su intento por extender la labor se ha topado con una serie de inconvenientes, el principal es que no está constituida como una asociación civil y no se puede hacer acreedora a beneficios de empresas.

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