Fernando Aguilar/
El Diario
La afluencia de padres mexicanos que acudieron a tramitar gratuitamente la doble nacionalidad para sus hijos nacidos en Estados Unidos fue tan alta que superó las expectativas del personal del Registro Civil.
El último día para beneficiarse de este procedimiento –simplificado gracias al programa Soy México– fue ayer, por lo que centenares de ciudadanos se presentaron en la sede local del Gobierno del Estado, ubicada en el antiguo Pueblito Mexicano, para aprovecharlo.
Javier Palacios Reyes, coordinador de Oficialías del Registro Civil, dio a conocer que en el ‘corte’ estadístico de las 11 de la mañana ya habían rebasado la cantidad de 3 mil trámites, y que en el último día esperaban hacer entre 400 y 500 trámites más, motivo por el cual la oficina permanecería abierta hasta que se retirara el último interesado.
“La gente por alguna razón cultural espera al último día para hacer su trámite. Conocedores de esto, los estamos recibiendo. Creo que a pesar de la gran afluencia, el trámite está siendo rápido y están siendo atendidos de la mejor manera”, afirmó.
El programa Soy México, que inició aquí el 14 de noviembre, brinda la posibilidad de que los padres mexicanos nacidos en el extranjero registren a sus hijos en este país sin tener que presentar una apostilla ni la traducción de los documentos extranjeros.
Los únicos requisitos que el Registro Civil pedía eran el acta que acreditaba el nacimiento del hijo en otra nación, el acta de nacimiento del padre o madre mexicanos y la identificación oficial de quien realizaba el trámite. Las autoridades entregarán las actas de doble nacionalidad este 19 de diciembre y el 23 de enero.
En México, la Ley de Nacionalidad permite desde 1998 que las personas tengan otra nacionalidad además de la mexicana.
Las leyes en EU aceptan que naturalizarse como ciudadano de otro país no significa la pérdida de la ciudadanía estadounidense, explica la página de Internet de la embajada de aquel país en México.
Sin embargo, explicó Palacios Reyes, hasta hace unos años la gente dejaba de hacer este trámite por temor a perjudicar su otra nacionalidad, un rumor que, desde su punto de vista, todavía prevalece.