Fernando Aguilar/
El Diario
El frío que se registra a medida que llega el invierno puede favorecer episodios de parálisis facial sobre todo en personas que no se tratan sus infecciones respiratorias, alertaron especialistas que aconsejaron evitar los cambios repentinos de temperatura y no descuidar el curso de aquellas afecciones.
En este escenario, el uso de bufandas es una medida de protección doble porque evita que los músculos de la cara se expongan al ambiente helado y también que el aire facilite la aparición de infecciones virales en las vías aéreas, destacó Roberto Quiroz Saénz, epidemiólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
A las unidades de Medicina Familiar de ese organismo en la ciudad llegan unos 40 casos durante todo el invierno, señalan datos de Epidemiología de la Zona Juárez.
A grandes rasgos, los especialistas explican que la parálisis facial tiene su origen en el nervio facial o en el núcleo de éste y coinciden en que se le relaciona también con procesos infecciosos virales y con el virus del herpes.
“Directa o indirectamente sí puede haber una afección relacionada a la temperatura”, dijo Quiroz Sáenz. “Son más comunes en los pacientes mayores diabéticos, en los que tienen alguna afección sobre el oído, cuestiones de tipo inflamatorio; en afecciones de las glándulas salivales”.
El área de Epidemiología de la Zona Juárez del IMSS expone que entre los signos más característicos de estos padecimientos están la sensación de rigidez en una parte de la cara, dificultad para cerrar un ojo, para comer y para mover los músculos y piel caída.
También puede presentarse babeo debido a la falta de control de los músculos del rostro, trastornos en la sensibilidad del gusto e incluso hipoacusia, una disminución en la percepción del sonido.
Adrián Moncada Luna, especialista particular en Fisiatría y Terapia Física, explicó que las parálisis faciales relacionadas con el invierno son las más comunes de la temporada, incluso más que las que pueden ser detonadas por el estrés.
En lo cotidiano hay algunas formas de minimizar las posibilidades de que aparezca uno de estos episodios, indicó el experto: por ejemplo, antes de bajar del auto, apagar la calefacción y esperar unos dos minutos con en cristal ligeramente abajo para evitar un cambio súbito de temperatura.
A estos consejos, Quiroz Sáenz agrega que, esencialmente, cuando haya que salir hay que hacerlo bien cubierto.
“Hay que reconocer que este problema es más fácil de darse en pacientes diabéticos. Hay que estar bien protegidos en las salidas y evitar los cambios bruscos de temperatura. Los músculos de la cara, los párpados, los músculos faciales, son delgados, muy delicados y sí pueden afectarse por estos cambios y exposiciones a temperaturas bajas”, dijo. (Fernando Aguilar / El Diario)
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