Local

Aficionados a los Jeep visitan comedor infantil

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-11-27

A pesar de que su vida transcurre con muchas carencias, algunos niños que habitan en fraccionamientos del suroriente de la ciudad recibieron ayer una inesperada visita.

Clubes de aficionados a los Jeep compartieron con ellos un momento y llevaron alimentos  al comedor infantil Pan de Vida donde se les da de comer en Villas de Alcalá y Senderos del Sol, dos unidades habitacionales inmersas en el desierto y rodeadas de tapias, maleza, basura y arena.
Durante algunas horas, decenas de menores dejaron de lado los problemas a los que sus padres se enfrentan todos los días y se dieron un paseo en las camionetas arregladas que los miembros de grupos como Tremendos 4X4 estacionaron sobre el bulevar Miguel de la Madrid, ubicado a casi 40 kilómetros del centro histórico y en los límites de la mancha urbana.
Javier Gamboa, líder de la asociación conformada por 20 conductores, consideró que lo mejor es llevarse en la mente la sonrisa de los niños, pues pocas veces tienen una oportunidad de liberarse de la carga tan pesada que supone vivir en una zona tan “abandonada”.
“A nosotros nos mueve que también tenemos hijos, que todos tenemos familia”, explicó el hombre. “Además, esta parte de la ciudad está muy olvidada por el Gobierno. Lo que hacemos es para que ellos se vayan felices con una comida, unos dulces, pasearlos en las trocas y que se olviden de las carencias que tienen en estas colonias”.
Localizado frente al bulevar, el comedor infantil se llama Pan de Vida y de él se encarga el pastor cristiano Daniel Cruz Fonseca.
De acuerdo con ese hombre, el centro le da de comer a 250 niños dos días a la semana y, los demás, les ofrecen cursos de valores y trabajos manuales para que en el futuro sepan desempeñar un oficio.
En la manutención de todos ellos suelen gastar 2 mil pesos a la semana y, en ocasiones, la institución recibe el apoyo de voluntarios que se ofrecen a proporcionar alimentos. 

X