Staff/
El Diario
Tarahumaras fueron quienes señalaron a los policías municipales Héctor José Holguín Aragón y Josué Cerecedo Mondragón como los responsables del crimen de Carlos Efraín Jaris Cruz.
Así lo informó un agente ministerial al comparecer ayer ante el Tribunal de Enjuiciamiento que determinará si los agentes son culpables o inocentes de ese crimen y del delito de abuso de autoridad.
El testigo dijo ayer que los rarámuris fueron llevados en un vehículo con vidrios polarizados propiedad de la Policía Ministerial al estacionamiento ubicado en la calle Bernardo Norzagaray –conocido entre los agentes municipales como “La Malla”–, donde los preventivos fueron formados y los tarahumaras los señalaron.
Además indicó que los uniformes que portaban ese día Holguín Aragón y Cerecedo Mondragón fueron asegurados y objeto de pruebas científicas en busca de evidencias, pues al parecer tenían manchas de sangre.
El agente ministerial que ayer rindió declaración ante el Tribunal dijo que él recibió la escena del crimen el 5 de julio de 2015 y tuvo a la vista el cadáver de Jaris Cruz, conocido en su comunidad como “Ramiro”, y junto a un perito en criminalística de campo fijaron tres evidencias: dos manchas de sangre y una credencial de elector a nombre de la víctima.
El ministerial indicó que las diligencias con los tarahumaras se hicieron en español.
En la acusación presentada por el Ministerio Público en contra de Holguín y Cerecedo, se señala que ese 5 de julio Jaris Cruz fue “levantado” del exterior del comedor comunitario de esta etnia, ubicado en las calles Creel y San Juanito, y obligado a subir a la unidad 442 de la SSPM para trasladarlo a una brecha donde le propinaron una serie de golpes en todo el cuerpo, provocándole la muerte.
Las jueces decretaron ayer un receso para reiniciar el próximo martes a las 10 de la mañana con el juicio oral número 104/16.
redaccion@redaccion.diario.com.mx