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Duermen en casa prestada víctimas de estallido

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2016-11-21

Tras varios días de pernoctar a la intemperie, Antonio Palacios Galván, su esposa Blanca Rocío Moctezuma Canales y sus dos hijas, fueron auxiliados por unos vecinos que les facilitaron por tiempo indefinido una vivienda en el fraccionamiento Eco 2000, muy cerca del condominio donde se registró la explosión el pasado martes.

Ya transcurrió una semana del siniestro en el que resultaron lesionados Dailyn Moreno Ávalos, de 15 años; Ramón Irving Nevárez Jáquez, de 18; Ramón Nevárez Moris, de 50; Luis Enrique Jáquez Ontiveros, de 25, y Fernando Sandoval, de 44 años.
El frío se siente menos en esta casa que carece de ventanas y sólo cuenta con el piso de cemento.
Ayer Palacios Galván empezó a acarrear colchones y cobijas a la propiedad prestada para que su esposa embarazada y sus niñas puedan dormir abrigadas.
Aunque el padre de familia ignora si aún tiene trabajo, tuvo que permanecer en casa, mientras su esposa realiza algunos trámites y él trata de habilitar lo que será su hogar temporal.
Dice no poder evitarlo, pero se desespera por momentos ante la crítica situación económica que enfrenta junto a sus seres queridos, pues la explosión dañó el 80 por ciento de sus bienes y se quedaron en la calle.
En los escasos momentos de reflexión, Antonio recuerda el momento de la explosión y cómo fueron esos minutos de dolor, miedo, supervivencia y solidaridad.
“Yo le digo a mi esposa que estamos vivos y eso es lo importante, lo económico va a salir”, dice convencido el hombre que auxilió a las personas lesionadas durante la explosión registrada el martes 15 en el multifamiliar ubicado en las calles Lince y Santiago Troncoso.
“Hoy mismo hablé con el dueño de la casa que me prestaron y se han portado muy bien, esperamos que esta misma semana nos puedan ayudar a conseguir una casa, que es lo que nos ofrecieron”, dice Antonio.
Dentro de la vivienda se encuentra su hija de ocho años, quien se lamenta haber faltado a la escuela donde participaría como soldadera, pero sus padres estaban imposibilitados para comprarle un traje y llevarla al plantel.
“No he ido a clases”, dice con pesar la pequeña, ajena al drama familiar por la pérdida de sus pocos bienes.
En el lugar se observaron agentes municipales que mantienen la vigilancia del edificio, el cual empezará a ser demolido hoy martes.
Personal de la Dirección de Obras Publicas procederá al derrumbe del edificio siniestrado ya que presentó daños totales en su estructura, informó Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil.  (Luz del Carmen Sosa / El Diario)
 

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