Alicia Fernández/
El Diario
Además de la inseguridad provocada por las calles oscuras, miembros de la sociedad civil opinan que esta situación genera un rezago en el desarrollo social de las comunidades, ya que les impide ser parte de un entorno de convivencia.
El Centro Comunitario del Espíritu Santo tiene unas instalaciones muy amplias, está en la colonia Pánfilo Natera, y según dijo Hugo Quiñones, secretario general de la organización, se han estado apagando las luminarias.
Aseguró que han optado por incluso proveer el servicio alrededor y asumir los gastos, “a una persona común y corriente no le hacen caso para las luminarias y a nosotros tampoco, no tenemos otra opción más que dar ese servicio, lo damos para iluminar las calles y pagarlo nosotros porque en nuestra comunidad en esta colonia es de alto riesgo”.
Para los vecinos del fraccionamiento Oasis Revolución, ubicado entre el bulevar Zaragoza y el eje vial Juan Gabriel, en el sur de la ciudad, la falta de alumbrado público favorece la comisión de asaltos y robos a propiedades.
La carencia del servicio público se constató en la avenida Roma, así como en las calles Copenague, Oasis de Mongolia, Oasis de Camerún y avenida De la Paz.
“Algunas de estas calles se ponen bien oscuras y ya muy noche nos exponemos a que nos quiten los celulares, las bolsas. Sí ha pasado. Aparte se roban las pilas de los carros, los abren; las tapas de los rines también se las quitan y como está oscuro se aprovechan”, aseguró Irma Valenzuela, una vecina de la zona.
Hugo Quiñones, secretario general del Centro Comunitario del Espíritu Santo, asegura que siempre procuran “que las instalaciones estén bien iluminadas porque a la hora de que pasan los trabajadores de maquilas han pasado varias cosas, que desgraciadamente han asesinado personas”.
Mientras tanto, Verónica Jiménez, directora de la Fundación Pedro Zaragoza, comentó: “tenemos un serio problemas de luminarias en exterior e interior, no nada más situaciones de seguridad, por supuesto es el primer indicador que tenemos cuando no tenemos iluminación, pero también les impide a las familias salir a divertirse al parque, a convivir a como antes se hacía afuera de su casa, esto les obliga a quedarse en sus casas, a acostarse temprano, a no convivir con los vecinos”.
Por lo que considera que lo anterior afecta al desarrollo integral familiar los ciudadanos y que debiera ser una de las prioridades dentro de las agendas gubernamentales.
“Una ciudad a oscuras es una ciudad que violenta todos los Derechos Humanos de las mujeres”, afirmó Catalina Castillo de la Organización Popular Independiente.
Castillo se refirió a casos de violaciones a mujeres que se dirigen a tomar el transporte para ir al trabajo, por lo que han gestionado con el Municipio que las luminarias siempre funcionen en los caminos que ellas toman para abordar el transporte para llegar a su trabajo. (Con información de Fernando Aguilar)