Alicia Fernández/El Diario
2016-11-13Tarahumaras en Ciudad Juárez luchan por preservar sus costumbres en un entorno de violencia, drogadicción y desentendimiento de su cultura por parte de la comunidad mestiza o ‘chabochi’.
Para la gobernadora rarámuri, María Rosalinda Guadalajara Reyes, el asentamiento indígena se componía al inicio solamente por personas de origen tarahumara, pero la apertura de la primaria y la secundaria hacia vecinos de otras colonias cambió la dinámica de vida de los miembros de su comunidad.
Una de las situaciones que le preocupan es la influencia que ejercen otros grupos en el consumo de drogas, ya que algunos menores están expuestos a su consumo, debido a que sus madres tienen que trabajar en la maquiladora y no todo el tiempo se encuentran en casa.
El director de la Escuela Primaria Bilingüe Tarahumara, José Cecilio Ceballos Durán, menciona que ha identificado a algunos niños indígenas que han desertado de la escuela y han empezado a consumir enervantes y agua celeste.
Sin embargo ni Rosalinda ni Ceballos consideran que son la mayoría, incluso ambos hacen hincapié en la efectividad de la cultura que se hereda a los niños tarahumaras, quienes perfectamente hablan su lengua natal y el español; el director expone que incluso algunos de los niños sobresalientes en la institución educativa, son de origen tarahumara.
El profesor tiene más de 20 años trabajando con diversas comunidades indígenas en zonas urbanizadas del estado y comenta que algo notable de esta comunidad es el orgullo con el que hablan en su lengua, ya que en otros lugares, se está perdiendo la tradición porque la discriminación ha provocado que algunos rarámuris busquen ocultar sus orígenes.
María Teresa Guerrero Olivares, titular de la Comisión Estatal para Pueblos Indígenas (Coepi), asegura que “los problemas más fuertes de los asentamientos humanos son: el hacinamiento por falta de viviendas, el alcoholismo, la drogadicción, la falta de empleo, de escuelas adecuadas para los niños, así como la falta de atención en el área de la salud”.
Además de estos problemas en Ciudad Juárez se suman los factores del mercado de menudeo y la inseguridad, aunado a esto, “hay una situación de desconocimiento muy grande de los pueblos indígenas”, menciona Guerrero, “más cuando son desplazados a zonas urbanas”.
Por lo que asegura que el encuentro entre las diversas comunidades puede entenderse y amistarse desde sus diferencias, por ejemplo, que los derechos humanos para la comunidad mestiza están basados en la individualidad, mientras los derechos de los pueblos indígenas, se construyen desde la colectividad.
“Al ser colectivos tienen que ver con el territorio, con los recursos naturales, con la salud, la educación y el trabajo”, comparte la titular.
Uno de los casos de encuentro donde la gobernadora tarahumara considera como ejemplo de desconocimiento de los usos y costumbres de la comunidad, es el hecho de que a un miembro de la comunidad rarámuri lo detuvieran por dormir en estado de ebriedad en una de las banquetas de la colonia luego de haber participado en una celebración.
Carlos Jaris Cruz fue arrestado por la Policía Municipal, se mantuvo desaparecido algunas horas y posteriormente apareció sin vida en una brecha del Camino Real.
En ese sentido las autoridades ignoraron la forma de sancionar de los rarámuris, quien incluso cuentan con una cárcel donde se le mantiene a cualquier miembro de la comunidad que deba ser castigado por incurrir en una falta, que de acuerdo a Rosalinda, es una media establecida y acordada por todos, donde se impone la sentencia que la familia del infractor decida.
El caso se encuentra en medio de un juicio, donde también se requiere que exista por parte de las autoridades que llevan el caso, conocimiento de los protocolos que rigen a los pueblos indígenas.
De acuerdo a Teresa Guerrero, la situación no puede tratarse solamente desde la Comisión Estatal para Pueblos Indígenas, sino que es importante que las diferentes secretarías del estado creen acciones conjuntas para solucionar las diversas problemáticas asociadas con los asentamientos humanos en el estado.
Considera que la forma de trabajar debiera ser menos asistencial y más de desarrollo humano, por lo que es importante incluir a organismos como Desarrollo Social, la Secretaría de Salud e incluso la Fiscalía del Estado.
De acuerdo a datos proporcionados por la Coepi en el estado hay una población indígena de 152 mil, de los cuales el 60 por ciento se encuentra en la Sierra Tarahumara y el resto está en Ciudad Juárez, la ciudad de Chihuahua, Cuauhtémoc, Meoqui, Delicias, Buenaventura y Ascensión.
Ciudad Juárez cuenta con el mayor asentamiento en la colonia Tarahumara que se instaló desde hace 20 años y cuenta con 71 familias, sin embargo no es el único y existen miembros de otras etnias como los mixtecos, chatinos y de otros pueblos del sur de México. (Alicia Fernández / El Diario)
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