Luz del Carmen Sosa/
El Diario
El cuarto de archivo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se adaptó como refugio temporal de ranas, sapos y una iguana negra, rescatados por personal de esta dependencia.
Nueve ejemplares de la vida silvestre originarios del estado de Veracruz llegaron el miércoles a esta frontera a través de la empresa de paquetería “FedEx”, donde el personal detectó a los seres vivos a través del aparato de Rayos X y de inmediato notificó a las autoridades federales.
Los inspectores acudieron a la sucursal ubicada en el Parque Industrial Antonio J. Bermúdez, donde encontraron los anfibios y reptiles, algunos de ellos muertos, informó el personal de esta procuraduría.
El paquete enviado desde la Ciudad Cardel contenía dos ranas de la especie arbórea jarocha (Charadrahyla taeniopus) y cinco sapos (Incilius valliceps) de la costa del Golfo, que viajaban en contenedores de plástico entre musgo.
Además fueron aseguradas dos iguanas negras (Ctenosaura pectinata), las cuales estaban envueltas en tela, sin embargo, un ejemplar de cada especie llegó muerto.
“Las especies Charadrahyla Taeniopus y Ctenosaura Pectinata se encuentran enlistadas en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 bajo la categoría de Especies Amenazadas (A), además de estar consideradas como especies endémicas”, informó el personal entrevistado.
Se dio a conocer que los anfibios y el reptil se encuentran desnutridos y deshidratados, por lo que actualmente se encuentran en la dependencia federal donde son alimentados y se confía en su pronta rehabilitación, mientras se determina su destino final.
Explicaron que los animales recuperados no pueden ser liberados al medio silvestre en el estado de Chihuahua, ya que no su entorno natural, por lo que en breve las autoridades determinarán qué hacer con los animales asegurados.
La Profepa dio a conocer “el inició las investigaciones para interponer las denuncias penales correspondientes, a fin de deslindar responsabilidad por el delito de tráfico de especies de vida silvestre”.
El tráfico ilegal de ejemplares, partes y derivados de flora y fauna silvestres, es un delito que de conformidad con el artículo 420 fracciones IV y V del Código Penal Federal, se castiga con pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días de multa, destacó la Procuraduría.
Los empleados federales exhortaron a la comunidad en general en no promover la caza y venta ilegal de especies en peligro de extinción y que antes de adquirir una mascota se informen si su comercialización es lícita.
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