Cinthya Ávila/
El Diario
La empresa TPI Composites abrió aquí su segunda planta de aspas para generadores de energía eólica, la obtenida a partir del viento.
A un costado de la misma estructura, sobre la avenida De las Torres y Libramiento, ya inició la construcción de la tercera fábrica, que arrancará en enero de 2017, dijo Víctor Sáenz, administrador general de la compañía en Juárez.
Con los tres edificios ya operando, el fabricante estadounidense tendrá en esta ciudad su punto de producción más grande del mundo, afirmó.
Indicó que TPI tiene planes de instalarse en otras partes del país y la sede del corporativo en México estará en Juárez.
La planta 2, que opera desde la primera semana de octubre, mide 120 metros de ancho, 240 metros de largo y 16 metros de altura. Está todavía en adecuaciones, pero parte de la fabricación ya fue instalada.
Incluso el exterior da la impresión que está todavía en construcción, pero dentro de ella un grupo de hombres arma ya con sus manos componentes para la generación de energía “verde”.
Se trata de manufactura de grandes dimensiones y hecha por juarenses. El personal operativo luce diminuto junto a las aspas, que pueden medir entre 57 y 63 metros de longitud.
Sin embargo, en pocas partes del proceso se involucra maquinaria y la mayor parte está a cargo del elemento humano, hasta el acabado de las piezas.
En los inmuebles industriales 2 y 3 se instalarán en total cuatro líneas que fabricarán por semana 20 aspas eólicas, informó Sáenz.
La fuerza laboral crecerá de mil 300 a 3 mil 700 empleados. La inversión para la cimentación de las dos plantas es de aproximadamente 67 millones de dólares, indicó.
La energía eólica se obtiene a partir del viento, generada por efecto de las corrientes de aire, y es convertida en otras formas de energía para las actividades humanas.
En la actualidad es utilizada principalmente para producir electricidad mediante turbinas o aerogeneradores conectados a las redes de distribución de energía eléctrica.
El proceso
Las hélices de TPI están hechas a base de fibra de vidrio. En apariencia, el material es frágil, pero los trabajadores se encargan de darle el tratamiento necesario hasta que el artefacto se torne resistente y no pierda su ligereza.
Para armarlas se comienza cortando varias capas de fibra de vidrio. Se hace un tendido sobre un molde de lo que será el aspa, diseñado por TPI conforme a las necesidades de sus clientes.
Sobre el molde los trabajadores extienden con sus manos la fibra de principio a fin. Se inclinan, se ponen de rodillas y detallan hasta adaptarla al prototipo. Según los requerimientos del aspa pueden colocarse hasta 100 capas.
Cuando las fibras están ajustadas sobre el molde el proceso continúa con el laminado. Aquí se ponen sobre la fibra capas de hule-espuma y madera balsa.
El componente ya laminado se prepara para el procedimiento que le dará rigidez: infusión de resina por método de vacío.
Después de esto se procede a ensamblar las vigas del aspa y después las dos cubiertas, que nuevamente serán curadas por calentamiento, con lo que termina la fase de moldeo, que dura 24 horas.
Para terminar el aspa se refuerzan las uniones externamente y con lija se corrigen las imperfecciones de la superficie. Por último se pinta y después se detalla para el acabado final.
El administrador de TPI en la localidad mencionó que en la planta 2 aún se pueden agregar cuatro líneas más, planes que están revisándose. Ahí se montarán hélices para la empresa española de energía eólica Gamesa.
En la tercera el cliente será General Electric, de Estados Unidos, informó Sáenz.
A finales de 2015 se anunció una alianza entre TPI y Vesta, inmobiliaria industrial, para el levantamiento de sus dos próximos edificios.
Segú Vesta, el acuerdo de arrendamiento se pactó para los próximos 10 años. (Cinthya Ávila / El Diario)
¿Sabía que…
La energía eólica se obtiene a partir del viento, generada por efecto de las corrientes de aire, y es convertida en otras formas de energía para las actividades humanas?
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