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Chocan fieles e Iglesia por cenizas de difuntos

Martín Orquiz/
El Diario

2016-10-26

El Vaticano estableció una nueva regla: que las cenizas de los difuntos no pueden ser esparcidas, divididas ni conservadas en casa.

La medida vigente desde ayer confrontó a los católicos con su Iglesia al considerar que son los familiares quienes deben decidir dónde resguardar los restos de sus seres queridos.
De acuerdo con la Iglesia, las cenizas deben ser preservadas en un lugar sagrado como los cementerios o los templos.
Sin embargo Claudia Zaragoza tiene un punto de vista diferente. En su hogar se albergan los restos de tres seres queridos que fueron incinerados: su madre y dos de sus hijos no natos, quienes fueron depositados en urnas que ahora están rodeadas de fotos y otros objetos relacionados con los difuntos.
“Cada quien es libre de hacer con su cuerpo lo que le apetezca al morir”, dijo la mujer que creció en un hogar católico.
“Es una decisión muy de la familia tenerlos en casa”, afirmó.
Claudia dijo que varias de sus amigas han contemplado la cremación como una opción, incluso algunas ya pagaron el servicio y esperan quedarse con sus familias.
Según un documento redactado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y firmado por el Papa Francisco, las cenizas deben ser preservadas en los cementerios, y en absoluto pueden ser guardadas en los hogares, o dispersadas en la naturaleza.
Con esto, estipulan las nuevas disposiciones presentadas ayer en el Vaticano por el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, se evita el riesgo de que los muertos sean olvidados por sus familias y por la comunidad cristiana.
También se previenen posibles descuidos y falta de respeto por parte de las generaciones sucesivas, señalan.
Claudia argumentó que acerca de la cuestión espiritual, “Dios es Dios, si te va a juzgar lo hará como estés, incinerado y en una casa o en un panteón”.
El párroco de Catedral, Eduardo Hayen, afirmó que el decreto Ad resurgendum cum Christo se expuso desde el pasado agosto, pero fue hasta ayer cuando fue dado a conocer.
“Poner las cenizas en alguna joya o tenerlas en las casas no está permitido por la Iglesia, porque se puede prestar a supersticiones”, mencionó.
Relató fue a partir de 1963 cuando la doctrina católica aceptó el acto de incineración, aunque siempre se ha recomendado la sepultura de los fallecidos en lugares considerados sagrados, como cementerios e iglesias.
Informó que muchas personas solicitan antes de morir que sus cenizas sean esparcidas en el mar, una montaña o diversos lugares, sin embargo esto no lo avala la religión católica.
“Estos actos se apartan de la fe”, aseveró el párroco.
Para María del Rosario Barraza, cada familia debe decidir el destino final de sus seres queridos.
Ella tiene desde hace casi seis meses la urna con los restos de su marido en un pequeño mueble de su sala.
“Para mi familia es un símbolo de unión”, dijo.
Afirmó que intentó colocar las cenizas en una iglesia, pero que el precio de los nichos va desde los 10 mil hasta los 30 mil pesos, cantidad que no tiene.
“Pensamos que es mejor tenerlo aquí que dejarlo en un panteón y no poder visitarlo”, indicó.
Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dijo durante la presentación del documento que “Los muertos no son propiedad de los familiares, son hijos de Dios, forman parte de Dios y esperan en un campo santo su resurrección”.
La nueva norma advierte que en el caso de que el difunto hubiera sido sometido a la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le ha de negar el funeral.
La Congregación para la Doctrina de la Fe justifica la elaboración de un documento así de drástico como reacción a las nuevas prácticas en la sepultura y en la cremación “contrarias a la fe de la Iglesia”.

Mitad de incinerados, fuera de nichos

Funerarias de la ciudad, como Mausoleos Luz Eterna, explicaron que de 30 servicios que ofrecen mensualmente, alrededor de 28 solicitan cremación.
Modesto Villa Sandoval, gerente operacional de la empresa, señaló que de esas 28 incineraciones la mitad se resguardan en nichos y el resto los familiares optan por llevar las cenizas a su hogar o esparcirlas en diversos sitios.
Informó que actualmente cuentan con espacios para una, dos, cuatro y ocho urnas, que van desde los 18 hasta los 35 mil pesos.
“Esta disposición eclesiástica no interfiere en nosotros porque como empresa ofrecemos múltiples opciones a los familiares de los fallecidos”, señaló.  (Martín Orquiz / Con información de Agencias y Marisela Morones / El Diario)

morquiz@redaccion.diario.com.mx

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