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Incineran aquí a 4 de cada 10 difuntos

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-10-26

La cremación es una práctica que, en Ciudad Juárez, cada vez atrae a más familias que prefieren enfrentarse al duelo que les produce la muerte de algún pariente sin la dolorosa imagen de un entierro, consideran representantes de servicios funerarios.
Aproximadamente seis de cada 10 personas que solicitan los servicios de Grupo Perches optan por ese tratamiento para sus difuntos, informó Carlos Narváez, gerente general de ese consorcio.
Aunque no en esas proporciones, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el panorama también va al alza.
Según Pilar Nevárez Benítez, administrador del Velatorio del IMSS, en un año los familiares de los derechohabientes finados suelen solicitar en promedio 400 servicios funerarios, de los cuales el 20 o 21 por ciento son cremaciones.
Datos de esa institución indican que el año pasado, de 390 solicitudes, 80 fueron incineraciones.
Hay gente a la que no le gusta el momento de inhumar, el momento de ver el cuerpo, el ataúd. Son creencias. son decisiones muy personales”, dijo el representante de Grupo Perches, quien explicó que son pocos los que prefieren llevarse a su casa la urna con las cenizas de su familiar.
De acuerdo con Narváez, la razón es que el desacuerdo sobre el destino de los restos del ser querido puede llegar a originar fricciones en la familia.
Desde el punto de vista de los directivos de ese grupo, que se encargó del manejo entero de las cenizas de Juan Gabriel hace casi dos meses, la cremación es una práctica más extendida entre personas de clase media hacia arriba y, aunque no en todos los casos, la inhumación, entre quienes cuentan con menos recursos económicos.
Esta información surge luego de que la Iglesia Católica emitió una disposición que prohíbe a quienes practican esa religión conservar en sus casas o en otros lugares que no sean cementerios o templos las cenizas de una persona.
La nueva norma del Vaticano confrontó a algunos católicos con su Iglesia, al considerar que son los familiares quienes deben decidir dónde resguardar los restos de sus seres queridos.
El martes, Eduardo Hayen, párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, indicó que son “actos que se apartan de la fe” las peticiones que algunos hacen antes de morir para que sus restos sean arrojados al mar, dispuestos en una montaña o en cualquier otro sitio que no sea un espacio diseñado para ese fin.
La disposición advierte que en el caso de que el difunto hubiera sido sometido a la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le ha de negar el funeral.

faguilar@redaccion.diario.com.mx
 

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