El Diario
2016-10-21
La derechohumanista Emilia González Tercero murió ayer a la edad de 70 años, después de enfrentar una lucha contra un cáncer.
González Tercero formó parte del Consejo Editorial de El Diario en la década de los 90.
La activista fue elegida como la ganadora del Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, otorgado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
Anteriormente, en septiembre del 2014, recibió un homenaje en el marco de la audiencia sobre feminicidio y violencia contra las mujeres en el Tribunal Permanente de los Pueblos. Para esta fecha ya había sido diagnosticada de la enfermedad.
Luego de convertirse en precursora de la defensa de los derechos humanos en la Sierra de Chihuahua durante la década de los 80, Emilia González Tercero llegó a Ciudad Juárez en el 2003, donde estaban sus hijos.
Diferentes grupos de derechos humanos que participan en el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) le rindieron un homenaje a su trayectoria por su calidad moral y la fuerza con la que ha luchado, porque su estado de salud le impidió seguir con esa ardua tarea.
A través de un video y testimonios presenciales, recordaron que es una mujer a quien no le tembló la voz contra las autoridades cuando se trató de defender indígenas, mujeres y abusos del Ejército en Juárez, entre otros.
En entrevista para El Diario el 30 de enero 2015, González Tercero recordó que una noche del 2008 estaba acostada viendo televisión y se enteró que la activista juarense, Cipriana Jurado, había sido detenida por militares con una orden de aprehensión acusada de obstruir los puentes internacionales un año antes, enseguida aventó las cobijas y se enroló de nuevo en la tarea de apoyar a víctimas de las fuerzas gubernamentales.
“No podía estar aquí como si no estuviera pasando nada, entonces comencé a involucrarme en estas situaciones. Me tocó una época terrible”, expresó.
A sus 69 años y con problemas serios de salud, la activista de voz pausada y apariencia tranquilla llamó con energía a los ciudadanos y a los defensores de los derechos humanos a no callarse ante “el momento de crisis” que se vivía en el país y, en particular, en Chihuahua, uno de los estados más peligrosos para quienes asumen ese papel.
La activista se describió a sí misma como un “puente” entre el pasado y el presente en la historia de la lucha en contra de los abusos de poder y la impunidad, fenómenos que tienen al país desmoronándose.
“Lo que está pasando ahorita en Ayotzinapa y en otros lados, es lo que pasaba en la Sierra de Chihuahua. Estamos viviendo las épocas más terribles que se han vivido en este estado”, expresó.
Emilia González fue cofundadora de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos (Cosyddhac), que se formó como asociación civil en noviembre de 1989 a raíz de las graves violaciones a los derechos humanos en la Sierra Tarahumara, sobre todo contra la población más vulnerable: indígenas y mestizos pobres con el pretexto de combatir el narcotráfico.
En 1990 lanzó junto con otros defensores de derechos humanos la campaña “Tortura Nunca Más”, que logró sancionar penal y socialmente este delito y modificar la legislación a favor de los derechos humanos en Chihuahua, de acuerdo a un artículo de la Conapred.