Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Aldo soñó con ser un gran futbolista. Este deporte fue su pasión hasta que un cáncer le fue detectado en la rodilla izquierda, lo que impidió que el mediocampista siguiera jugando.
El jugador peleó por su vida y en la batalla contra el cáncer tocó los corazones de miles de personas que lo conocieron y lo apoyaron para enfrentar la enfermedad que lo aquejó durante poco más de un año.
El novel jugador de futbol y fanático del equipo Pumas, motivó en ambos lados de la frontera la campaña #FuerzaAldo en la que participaron amigos, familiares, jugadores de futbol, entre ellos el equipo Bravos, así como diversas organizaciones civiles y los salesianos de Don Bosco.
El pasado mes de febrero Aldo narró parte de su vida en una campaña de fondeo a través de la cual esperaba obtener ayuda económica para su tratamiento, ya que sus padres enfrentaban una situación difícil.
“Hola, soy Aldo Rivera, un niño de 14 años. Nací en El Paso, Texas. Tengo una enfermedad llamada osteosarcoma. Me encanta el futbol, yo empecé a jugar desde muy chico”, escribió el mediocampista que portó el número 20.
Ese mes precisamente llegó el Papa Francisco a Juárez y gracias al apoyo de los sacerdotes salesianos Aldo recibió la bendición papal.
El momento salió en los canales de televisión. La imagen reflejaba a un niño sonriente al que el cáncer no derribaba.
Aldo falleció en un hospital en El Paso y su familia hace los trámites necesarios para el servicio funerario en esta ciudad, donde también será sepultado. (Luz del Carmen Sosa)
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